A ver si podemos desentrañar la cosa. Después de demostrar que la elección del, la, candidato por el Frente Amplio por México sería a base de encuestas y otros medios electrónicos, todo acorde a la modernidad de nuestros tiempos, el presidente del PRI Alejandro Moreno, Alito, dio una declaración que tomó de sorpresa a todos los involucrados, y no, en este proceso. El dirigente nacional del PRI reconoció que las encuestas no favorecen a Beatriz Paredes Rangel. Oh. Esto lo venimos a escuchar desde la posición del dirigente nacional lo que resulta un poco extraño.

Beatriz Paredes, de inmediato como debe ser, hizo un comunicado en el que dijo, Escuché con atención las declaraciones del presidente del CEN del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, en cuanto a que 'Hemos visto que las encuestas no la favorecen...'. Respeto al Dirigente de la Organización Política de la cual soy militante, sin embargo, considero conveniente, antes de que yo tome cualquier decisión, conocer los resultados de las encuestas que mandó a hacer el Comité Organizador del Frente Amplio por México, que son las únicas encuestas válidas para el efecto de incidir en la definición de la Coordinación del Frente", se lee en el escrito.

Pues bien, no deja de sorprendernos este dúo de declaraciones, si bien, Alejandro Moreno fue muy cauto al expresar que la senadora Beatriz Paredes es una militante consciente, que siempre ha visto por el bien de México y que no duda que la decisión que tome será en vías de la unidad y concordia. Bien. Ahí están las dos declaraciones. ¿Qué opina usted, lector amable? Antes que nada, veamos quién es Beatriz Paredes Rangel.

Miembro activo del PRI desde 1973, inicia su militancia en la Vanguardia Juvenil Agrarista y en el Frente Juvenil Revolucionario, organizaciones juveniles de la Confederación Nacional Campesina (CNC) y del PRI, respectivamente, siendo de 1975 a 1977 presidenta en Tlaxcala del Movimiento Nacional de la Juventud Revolucionaria. Durante estos años ocupó varios cargos partidistas, entre los que están la secretaría de Acción Femenil y de Planeación y Orientación Familiar de la CNC y secretaria de Acción Indigenista del comité ejecutivo nacional del PRI. Es decir, una amplia trayectoria que da certezas.

Ahora bien, ¿a qué se debe esta declaración, la de Alito? Es obvio que a los tiempos que se viven. Los políticos perdieron la brújula de las elecciones. Las de hoy, que culminarán en la elección del candidato de los partidos en pugna, estarán vigiladas, conducidas, efectuadas por la ciudadanía. La compra de votos es cosa de un pasado reciente, aun lesiona claro. Sin embargo, su práctica es antigua, malvada, mal vista. El partido que la realiza no es mejor que los otros, eso piensa una ciudadanía consciente, un electorado que ya no ve su beneficio sino el del país entero.

A eso apuesta el Frente Amplio por México. Porque de bajarse del carro, usando una expresión coloquial, Beatriz Paredes deja el campo libre a la senadora Xóchitl Gálvez quien repuntó demasiado rápido en la preferencia electoral. Ahí estaría el meollo del asunto, dirían en las viejas novelas policiacas.

La presencia de Gálvez ha dado un aire nuevo a la contienda. No es esa ampulosa y soez crítica ni tampoco una complaciente mujer que se da en la feroz debacle. No. Ella optó por la sonrisa franca, las salidas ingeniosas, las frases de factura emocional que le ganaron en menos de cuatro meses el favor del electorado. La sorpresa de la declaración de Alito Moreno es consecuente. Beatriz Paredes, acorde con la modenidad, sabe que hay que ver por el país. Ella tiene una trayectoria de impecable desarrollo a través de los tiempos. Es de admirar su respuesta ante la declaración dichosa.

“Esperaremos las encuestas, que es lo que se debe hacer”.

El adelantar tiempos, que es una costumbre política, provocaría encono o maldad alrededor. Eso es lo que no puede permitirse el Frente Amplio por México. El PRD dio su apoyo a Xóchitl Gálvez quizá dándose cuenta de su lugar, lo que es de admirarse también. En fin, si todos ponen de su parte, es probable que la candidata por esta coalición sea la senadora Gálvez.

Esto, aunque parezca una verdad así como a fuerzas, no debería sorprendernos.

Es más viable, interesante, mejor que gastar muchos miles de millones de pesos en cinco campañas que no dieron más que la certeza de que la decisión estaba tomada en el otro lado de la elección. Las corcholatas de Morena sabían desde un principio que su papel era de meros aplaudidores, de meros asistentes al triunfo que ya estaba señalado, es decir el de Claudia Sheinbaum. Los demás estaban comparsando el dedazo. Dedazo como en las viejas épocas aquellas que tanto criticaba el actual mandatario. De tanto irse para la izquierda, Morena está surgiendo como por la derecha.

Sus maneras, mal disfrazadas, solo imponen, no proponen. Si esto nos espera con la exjefa de gobierno, no le veo más que pérdidas no solo en votos, en credibilidad. Y seamos honestos, un partido, cualquiera, no debe perder esa credibilidad que la ciudadanía le dio, por cierto, en un momento de ofuscación, de intolerancia, de insensatez. Muchos dicen, Yo no voté por ese hombre que veo ahí desde las mañaneras. Voté por el candidato que puso mal a todos los políticos del PAN, del PRI… Hasta que cayó en lo mismo.

Dejaremos aparte el análisis sobre las locuras que trae consigo el poder para reconvenir, eso sí, el gasto innecesario, la simulación, la comparsa, el dispendio. Miles de millones de pesos gastados en la simulación de una campaña que se anunció como unida, recta, fraterna. No lo fue. Hasta el mismo excanciller lo dijo en su polémico discurso del 16 de agosto pasado.

Claro, se les olvida en Morena que, por muy fuerte que sea la crítica al interior, no deja de ser un cínico halago. He ahí el panorama. Buena disposición por parte del Frente Amplio por México. Las malas mañas de siempre en el lado opuesto. Qué más nos esperará en el 2024. Hacia allá vamos.

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