Cuando todo parecía más desalentador y veíamos un futuro si no igual muy parecido a lo mal que vivimos en los últimos años, esos años donde se repartían acusaciones, secuestros, malos manejos, corrupción que el actual presidente de México se esforzaba en demostrar, en señalar, porque era su complaciente manera de involucrar a todos. Cuando éramos felices y no lo sabíamos, dicen los mil memes aparecidos durante la pandemia, cuando creíamos firmemente que nada podría ya sorprendernos, ocurrió algo con lo que no contábamos. Creo que nadie. Pero dejemos este recuento en suspenso unas líneas y prosigamos con lo medular.

Con una oposición extraviada, muy desgastada, aparentando armonía. De repente alguien desentona y hay que llamarlo al orden en su propio egocentrismo y frivolidad, sin las mínimas ganas de motivar a los ciudadanos y menos escucharlos. Aun en grupo el Frente Amplio ha demostrado que resiente los años pasados en el Poder, desde el cual hicieron lo que quisieron. Aliados para el extravío, rebeldes en cuanto a la malvada pregunta, ¿Y yo qué gano?

Ahora bien, del lado de los morenos, las cosas no están mejor.

Un partido en el poder con todo el poder presidencial presionando y abusando de su fuerza con todas las ganas de continuar gobernando. Mientras tanto, la sociedad civil mirándonos como diciendo que podemos hacer sabiendo de la necesidad de avanzar, de demostrar el poderío de una mano, de un voto, del apoyo para salir adelante. Solo nos faltaba un candidato. O candidata.

Y apareció Xóchitl.

Apareció con toda su capacidad, inteligencia, ingenio y constancia, que me consta que tiene mucha. Trate el lector de ver su historia de vida, su falta de protocolo, su alegría contagiosa y hasta sus chistes. Ya tenemos con quien competir. Ya esta contienda tiene sal y pimienta. Ya se puede ver al presidente que decía estar feliz, feliz, feliz, enojado, enojado, enojado.

Será un proceso complicado pues el rencor se siembra diariamente desde palacio desde hace casi 5 años. Rencor que será muy difícil de erradicar. Rencor que, además, se ha vuelto contra el rencoroso. Perdón por tanto trabalenguas.

Los mexicanos tendremos que poner mucho de nuestra parte para volver a vernos como hermanos, como compatriotas que luchamos en un mismo sentido, que vamos en un mismo barco, apoyándonos, amando a nuestro país y trabajando mucho por recomponerlo. Los destrozos corren por cuenta suya, pareciera decir quien ordena, manda, “dirige” al país desde 2018.

Xóchitl, confiamos mucho en ti , la esperanza está en ti. México cree en ti. Fue emocionante la respuesta de la senadora en una entrevista. Cito.

Cuando usted, presidente, me cerró las puertas de palacio, millones de mexicanos me abrieron las puertas de su corazón.

La estrategia del presidente parecía ser con sus candidatos (no les digo corcholatas por respeto). Estrategia que lo ha llevado a replantearse un escenario que, a todas luces, se ve que no le gusta. Puso toda la carne al asador en sus 4 fantásticos. Ahora bien, hay que reconocerlo, los precandidatos de Morena son anodinos, sin chiste, apenas sonríen, apenas se dan a la tarea de evitar el ridículo… sin lograrlo.

Subirá Adán en segundo lugar a levantarle la mano a Sheinbaum con toda tranquilidad. Si no es que hay una presidenta, efectivamente. Ahí es donde le duele al presidente. Su magnífico plan para dejar a Claudia Sheinbaum en su lugar se ve amenazado por la aparición de Xóchitl. Puede ser. El caso es que habrá una presidenta de México. Es una profecía mal entendida. Parece una tragedia griega o de Shakespeare.

Marcelo no ganaría fácilmente. Ni difícilmente. Es más, tiene Ebrard preparada su salida airosa del partido para contender, ¿porqué no?, desde otra trinchera.

Monreal al gobierno de la ciudad de México y su asunto lo tiene arreglado.

Ahora el presidente se meterá en la oposición (¡cómo no, si en todo se mete!). Trata de subir a Santiago Creel para no enfrentarse a Xóchitl Gálvez. Sabe que con ella la competencia se pone pareja, que no hay medias tintas, que la señora X, como la llama vejándola, no se echa para atrás. Son resabios de cuando le llamaba Fox, el señor López. Y sus pasos, los de López, están contados.

El camino es largo. Espero que la violencia dé una tregua para salir bien de este proceso electoral. Es por nuestras familias, es por todos.

Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, y muchas opciones más.