Las reformas a las leyes secundarias en materia electoral, contenidas en el Plan B del presidente, Andrés Manuel López Obrador no sólo representan un duro golpe a la democracia, sino que crean un clima de incertidumbre rumbo a las elecciones de 2024.
Consummatum est. Morena atracó la Constitución…otra vez. Achica groseramente la operatividad del INE y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación justo en la antesala de las elecciones para presidente de la república, diputados federales y senadores, además de los comicios que se realizarán en nueve estados, la renovación de 31 Congresos locales y mil 580 ayuntamientos en todo el país.
La “brillantísima” reforma, desconocida por la mayoría de las y los legisladores oficialistas, abre las puertas a la intervención descarada de los gobernantes en las elecciones con ejercicio de poder y recursos públicos sin límite. Tanto que costó que el gobierno sacara las manos de las elecciones, que éstas fueran transparentes y estos vasallos inmorales de un dedazo retroceden a México mas de 30 años. Vamos, lo que viene es una regresión que tendrá consecuencias poselectorales graves.
Con la cantaleta que no se les desgasta de la “austeridá” y la pobreza franciscana, siguen destruyendo instituciones; desaparecen las 300 juntas distritales y los módulos donde se tramita la credencial de elector con fotografía, se eliminan 8 de cada 10 plazas del Servicio Profesional Electoral y la estructura subdelegacional, lo que afecta directa y desmedidamente a los trabajadores que construyen el padrón electoral, organizan la elección y el cómputo de votos, también quita el presupuesto para fiscalizar a los partidos y a sus candidatos en campaña…casi nada, ¿verdad? .
Sin democracia, la corrupción e impunidad sientan sus reales. Ahora, tampoco es que sea sorpresivo el modus operandi, con Bartlett aconsejando al de por sí dictatorial mesías, las prácticas del viejo PRI se notan y se notan mucho. No les digan que “La Ley es la Ley”; ellos, como Luis XIV en 1655, se identifican mas con aquello de “L’Etat est moi” (El Estado soy YO).
Casi 5 mil millones menos al INE, pero a los partidos, incluido el oficialísimo MORENA, todo lo contrario. Partidos ricos y árbitro pobre, peligrosa combinación. Ahora además de casi acabar con la fiscalización, se les permite quedarse con lo que les quede de presupuesto, en lugar de reintegrarlo como es ahora, para aplicarlo en lo que a los poderosos líderes partidistas decidan.
Entonces eso de que cuesten menos las elecciones son patrañas, la intención -como siempre- es jalar agua para su molino, garantizar la perpetuidad en la juerga que para ellos es la política. Lo rescatable es que su jefazo les amenazó con vetar la reforma si se incluía la famosa “cláusula de vida eterna” para beneficio de la “chiquillada”. Así, el PT y PVEM, se quedaron con las ganas que Morena, el gran hermano, aprobara la transferencia de votos, es decir que en coalición el partido mayoritario les pasara unos votitos, los suficientes para no perder el registro. Querían estas rémoras seguir pegados a la ubre presupuestal aunque nadie vote por ellos y no representen mas que a sus propios y mezquinos intereses.
Gracias al rechazo en San Lázaro a esta descarada y cínica disposición que muestra a la chiquillada en su real papel de vendedores de voluntades y votos, el dictamen fue regresado al senado para su modificación y posterior promulgación.
La cuestión ahora es que será hasta febrero del 2023 cuando el senado inicie el nuevo periodo ordinario de sesiones para dictaminar y publicar las adecuaciones que AMLO hizo con su Plan B. Entre otros males, esto alarga la agonía y el miedo de los trabajadores que ven irse al caño su dedicación a veces de una vida laboral completa por cumplir caprichitos que amarren el 2024 para los que decían que ellos eran diferentes. ¿Quiénes son ahora los moralmente derrotados?
Mientras eso ocurre, consejeros del INE preparan una dura y ardua batalla jurídica contra la reforma obradorista ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a fin de evitar una regresión democrática como lamentablemente ha ocurrido en muchos otros paises. Asimismo las y los trabajadores que comienzan a organizarse para la andanada de demandas laborales que esta legislación originará.
En la misma ruta de acudir a la Corte, se han pronunciado los partidos del bloque opositor, PRI, PAN, PRD quienes promoveran recursos de inconstitucionalidad contra el Plan B de López Obrador por considerar que representa un atropello, un golpe a la democracia. ¿A dónde hemos llegado? ¡El PRI! Defendiendo la democracia y quienes se asumen demócratas acabando con ella. Cosas veredes y lo que falta. Por su parte, Movimiento Ciudadano de hecho presentó un juicio de amparo por la aprobación del plan B ante el juez de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México.
La Suprema Corte ¡ojo! tendrá nuevo presidente o presidenta, quien quede en ese importantísimo puesto, cargará junto con sus otros 10 compañeros, con la grave responsabilidad de salvar o hundir a la democracia mexicana. El panorama no resulta halagador para el país si bajo las nuevas reglas del juego electoral los ciudadanos acuden a las urnas el 2024, a menos que la Corte enmiende la plana al inquilino de Palacio Nacional. Al tiempo.
Nota: mi solidaridad y cariño a Ciro Gómez Leyva, referente nacional del ejercicio periodístico y amigo entrañable. La polarización genera odio y el odio muerte. Gracias al blindaje que te salvó la vida; reflexiono que eso le falta a esta patria nuestra, un poderoso blindaje.