Finalmente, AMLO se salió con la suya. Tres reflexiones provocan el resultado de estas elecciones.

1.- Claudia Sheinbaum ganó por un extenso margen de votos. Eso es innegable. Lo que aun no me cabe en la cabeza es cómo obtuvo un 35.8 votos. Más que AMLO en el año 2018.

2.- Esto nos amplía el resultado de un congreso federal mayoritario en favor del partido oficial.

3.- Además de la presidencia de México, en las Elecciones 2024 del pasado domingo 2 de junio estuvieron en juego ocho gubernaturas y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, siendo Morena el partido que mejores resultados obtuvo en la contienda electoral.

Los estados de Yucatán, Morelos, Guanajuato, Puebla, Veracruz, Chiapas, Jalisco y Tabasco tendrán nuevo gobernador o gobernadora por los siguientes seis años (2024-2030).

MORENA puede lanzar campanas al vuelo.

Sin embargo, las campanas también repican por quien agoniza.

Menos de 24 horas después del triunfo, el presidente de USA, Joe Biden felicitaba a la virtual candidata electa, pero Biden firmó el martes, apenas 48 horas después de las elecciones, lanzó una proclama cerrando la frontera de Estados Unidos con México entre los puertos de entrada oficiales mientras los cruces sean elevados, un cambio diseñado para dificultar que las personas que cruzan ilegalmente soliciten asilo.

Según una nueva norma provisional emitida por la administración Biden, el presidente puede poner en vigor las restricciones fronterizas cuando el promedio de arrestos fronterizos supere los 2.500 migrantes durante siete días seguidos.

Por otro lado, el peso mexicano sigue cayendo con fuerza, y cotiza en más de 18 pesos por dólar, luego de depreciarse 2%. A pesar de que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, intenta calmar el nerviosismo en los mercados, la aversión al riesgo no se detiene.

Y es que el mandatario Andrés Manuel López Obrador, dejó abierta la posibilidad de que en efecto se impulsen las distintas reformas constitucionales que quería llevar a cabo antes de terminar su administración, ahora que su partido Morena, obtuvo una mayoría en el Congreso en las elecciones del pasado 2 de junio.

¿Coincidencia? Probablemente.

La ciudadanía considera que la violencia de los cárteles es el principal tema electoral. Con pocas excepciones, el actual gobierno ha tenido dificultad para controlar los homicidios, desapariciones y actos de extorsión que arrasan al país.

Las elecciones tampoco se han librado de la violencia. Decenas de aspirantes a alcaldías y puestos locales han sido asesinados y cada mes hay muchos más que son blanco de ataques. Los analistas dicen que estos comicios son incluso más violentos que los de 2018.

La única reserva frente a esta debacle de la oposición y este triunfo indiscutible del presidente saliente, radica en la baja participación. Por razones aún difíciles de comprender, votó poco más de 60% de los mexicanos habilitados en estos comicios considerados como los más importantes desde hace años, un porcentaje inferior a los niveles de 2000, 2012 y 2018.

AMLO fue muy malo para gobernar, pero muy eficiente para llevar la campaña de su partido y de su candidata. Esta acepción tiene una flecha desde un arco muy bien tensado, y parece que fue cumplida. De fracasar los comicios en favor de su candidata, el presidente tendría la culpa. Muy hábil. No hubo necesidad de llegar a tanto.

El presidente pasó 5 años preparando el día 2 de junio pasado. Lo hizo sistemáticamente. Destruyó el Tribunal Superior de Justicia, debilitó al INE y si este órgano le decía que no interviniese, él no hacía caso en su mejor actitud de desobediencia a las instituciones, salvo la que no fuera la presidencia de la república. La de él, claro. O sea…, dicen ahora los jóvenes.

No hay que dudarlo, AMLO es muy hábil para la actuación electoral. Violó la Constitución, violó la legalidad, hizo todo por ser el responsable de la elección de este año.

El problema es que ha quedado sentado un precedente legaloide. Claudia, basado en la actuación del presidente actual, podría hacer lo mismo en la elección de 2030. Tendríamos MORENA para rato a la usanza del viejo PRI, aquel que sí servía.

Ahora bien, para legalizar este modelo ilegal, tiene el partido oficial la mayoría en el Congreso y el senado. La Oposición debería cerrar filas en impedirlo y no en solazarse con aquello, La que perdió fue Xóchitl. PRI, PAN y PRD tienen escaños muy bien ganados por su silencio desdichado.

Deberíamos tener una real oposición, como lo fue en su tiempo AMLO. No tener franquicias debilitadas, carentes de argumentos, silenciosas, acomodaticias. Volvamos al punto de las elecciones.

Después de las elecciones de 2006, la Oposición de ese momento, AMLO y PRD, reformaron la Constitución para dejar en la inopia al presidente, acotando su intervención en muchos asuntos del país, específicamente en las elecciones. Y cuando AMLO se subió a la silla presidencial se encargó de desconocer esta reforma que impulsó cuando no era presidente y aun no estaba delimitado lo que sería MORENA.

¿Qué estuvimos ante una elección de estado? Sí. Que fue legalmente apuntalada, con toda la mañosería electoral que había dejado de practicarse, sí. Que ahora tocaría a la nueva Oposición oponerse, disculpen la redundancia, a los designios del Poder, también. Aunque esto ya no lo veremos. Al menos pronto.

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