Hace unos años visité una ciudad zacatecana y recorrí el tianguis de la alameda principal. Se escuchaban los narcocorridos, sobresalían los cinturones y sus hebillas con el signo de dólares como adorno central... La gente paseaba, veía los objetos, el niño quería su arma de juguete; el joven, una serie pirata sobre la vida de Pablo Escobar… Una realidad que poco a poco ha penetrado la vida cotidiana de ciudades, pueblos, familias y comunidades de México. Hoy, un niño vestido de sicario pide su calaverita y canturrea: “Dulce o levantón”, en Reynosa, Tamaulipas. A uno más, en Culiacán, lo disfrazan de “Ovidio”, con bigote pintado y escapulario en el pecho… otros dos pequeños juegan y gritan “ya valiste verga…”, la violencia como expresión de lo más cool, así en el mercado como en las series de Netflix.
La narcocultura ya es toda una industria en México. Frente a su oferta ¿cuál es la del Estado? le preguntaría yo a los legisladores que votarán el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2020. Si bien éste propone 13 mil 367 millones de pesos para Cultura, lo que supone un ligero incremento con respecto al de 2019, cabe destacar que representa solamente 0.21% del total del presupuesto federal.
Para darse una idea, según el Movimiento Colectivo por la Cultura y el Arte de México (MOCCAM), la inversión propuesta para la Secretaría de Cultura es menor al monto destinado al sindicato de Pemex para gasolina, lubricantes y gas. Se trata de 106.9 pesos por habitante, de los cuales apenas 21.4 pesos se destinan a creación y difusión artísticas. Cabe mencionar que sólo la ciudad de Berlín destina 500 millones de euros al año para el arte (más de 10 mil millones 500 mil pesos). Y que desde que Angela Merkel asumió el cargo, el Estado ha aumentado en 38% el presupuesto cultural en Alemania. En 2018 dedicó al sector 2 mil millones de euros (unos 40 mil millones de pesos), en tanto que Dinamarca destina unos 300 euros por habitante (6 mil 300 pesos) y Francia 250 euros (5 mil 250 pesos), lo mismo Suecia y Finlandia.
Hay áreas para las que el PEF propone un aumento significativo y otras a las que se les castiga. La subsecretaría de Desarrollo Cultural contará con mil 836.2 millones de pesos para 2020 (en 2019 fueron 97 millones) y la subsecretaría de Diversidad Cultural y Fomento a la Lectura pasará de 6 millones 332 mil 907 pesos, a más de 646 mdp. Sin embargo, el aparente incremento con respecto al PEF de este año (12 mil 894 mdp) se debe a que ahora está incluida una partida de mil 668 millones de pesos para el Complejo Cultural Los Pinos-Bosque de Chapultepec que representa 12.4% del presupuesto cultural 2020. A su vez, Cultura Comunitaria tendrá 50% de aumento presupuestal, mientras que a otros programas como el de Apoyo a las Ciudades Mexicanas Patrimonio Mundial se les asignó cero presupuesto.
La “austeridad republicana” aplicada a otras áreas del sector llevó al MOCCAM, integrado por artistas e investigadores como Antonio Gritón, Daniel Giménez Cacho, Patricia Chavero y Renata Wimer, entre otros, a exigir ante la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados que se aumente 9% el presupuesto del INBAL y el INAH, 100% el del Fonca y 149% el del IMCINE. Para Gritón: “Sólo con cultura salen los pueblos de la barbarie; si no, vamos al abismo sin red”.
Joseph Stiglitz, Nobel de Economía 2001, escribió hace unos días: “¿A quién se le ocurre que la reducción de programas públicos puede contribuir a una mejoría de los niveles de vida? (…) Estamos viviendo las consecuencias políticas de ese enorme engaño (…) La única salida, el único modo de salvar el planeta y la civilización es un renacimiento de la historia. Debemos revivir la Ilustración y volver a comprometernos con honrar sus valores de libertad, respeto al conocimiento y democracia”.
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