Todo lo que se diga o escriba acerca de Melecio Galván y su obra siempre se queda corto. Su vida y la forma en que murió a los 37 años podrían eclipsar el nivel de sus dibujos, la profundidad de su denuncia, el virtuosismo en su trazo, la poesía que cobraba fuerza en el camino. Lelia Driben lo nombró en su libro “el artista secreto”. ¿Dejará de serlo un día? nos preguntamos hoy a raíz de la gran exposición de 47 obras inéditas que se lleva a cabo en el Museo de Arte Blanton, de la Universidad de Texas en Austin.
La historia de cómo llegó ese acervo a Texas me la cuenta Amaranta Galván, hija del artista, aquella niña que a los 12 perdió a su padre, a los 24 comenzó a entender su arte y hoy es la principal guardiana de su obra. En 2021 la contactó por Messenger Jeffrey B. Gold, reconocido abogado de Nueva Jersey, especialista en la defensa de derechos humanos y civiles. Le contó que había comprado 41 dibujos de Melecio en una subasta de una galería virtual de Nueva York y quería más información. Ella se la envió junto con el libro de Arnulfo Aquino, Melecio Galván, La ternura, la violencia. Y él le comentó que donaría las piezas al Museo Blanton, la mayoría tintas sobre papel.
Se trata de la mayor colección de Melecio Galván en museo alguno. De obras realizadas entre 1968 y 1970. Y de la primera gran exposición del artista mexicano en Estados Unidos.
Amaranta y Vanessa Davidson, curadora de arte del museo, iniciaron la colaboración a distancia. La hija del artista les envió información del Archivo Melecio Galván (organizado y digitalizado por ella junto con el grupo MIRA, al que pertenecía su padre), cartas, catálogos, fotografías, imágenes de obras del mismo periodo que comprende el acervo donado al museo. Finalmente, la exposición se inauguró en marzo de 2024 y estará abierta hasta el próximo 25 de agosto.
Sin saber que la carta iría a dar a ese acervo, Melecio les escribió a sus galeristas en Estados Unidos, Louis Goldman y Sondra Gresen, el 23 de abril de 1970, para comentarles que viajaría a Wichita. “Llevaré conmigo de 30 a 40 trabajos (…)”, les avisó. En el trayecto visitó, en Austin, a su amigo Thomas Cranfill (quien envió seis dibujos a Texas para la exposición). Según la curadora, la obra donada por Gold corresponde a los dibujos que realizó el artista en su camino a Kansas en el verano de 1970. No se sabe con certeza cómo llegaron a la casa de subastas, pero por fortuna no se perdieron ni dispersaron.
Justo aquella carta, ilustrada en el reverso por el dibujo de una pareja bailando, abre la muestra. Lo que sigue corresponde a la pluma extraordinaria de Melecio que, como Goya y Münch, siempre nos revela rincones inéditos de la condición humana y que, como los clásicos, nunca pierde vigencia. Se exhiben por primera vez: La visión de Cristo, Dos figuras en campos de trigo, Mi familia, Hermanos, Serie Edipo, La celestina, El gaitero, Vaquero de medianoche, Dos jinetes, Figuras bajo el efecto de hashish… Y varias ilustraciones que hizo de Cien años de soledad, como el Retrato del Coronel Aureliano Buendía.
Para Amaranta, una manera de hacerle justicia a su padre (asesinado en 1982) es lograr el reconocimiento de su lugar en la historia del arte en México y la internacionalización de su obra. Ya se expuso en Berlín y se prepara una muestra para 2026 en el Centro Cultural La Raza, de San Diego. En el Museo Blanton Melecio Galván, el artista secreto y sus contemporáneos incluye obra de Tamayo, Cuevas, Belkin, Coronel… que le acompañan para contextualizarlo. Ya era hora.