El presidente Andrés Manuel López Obrador otorgó la condecoración de la Orden Mexicana del Águila Azteca a Roberto Riccardi, comandante de la Unidad de Carabineros para la Tutela de la Protección del Patrimonio Cultural en Italia. Y anunció: “He dado la instrucción para que en la Guardia Nacional se constituya un equipo especial para lograr este propósito”. No había terminado cuando todo el presidium invitado a la conferencia mañanera del lunes irrumpió en aplausos.
En 1969, Italia se convirtió en modelo y vanguardia en la protección de la herencia histórica y artística cuando creó el Comando Carabinieri para la Tutela del Patrimonio Cultural (TPC). Se trata de una unidad especializada de policías, capacitada en historia del arte a nivel profesional y en estrecho vínculo con el Ministerio de Cultura, las aduanas y la Interpol. Tiene tres secciones: Arqueológica, Antigüedades y Arte Moderno y Falsificación. Apoyados en un sistema eficaz de bases de datos, han logrado disminuir el tráfico ilícito mientras incrementan la recuperación de obra robada y la devolución de piezas a su país de origen.
Ejemplo reciente es la recuperación, a principios de septiembre, de 17 piezas arqueológicas que pretendían subastarse en Roma. Y, desde 2013, otras 74 obras prehispánicas y 584 exvotos que devolvieron a México.
Todas esas piezas forman parte de la exposición Grandeza de México que, integrada por mil 525 obras, se podrá ver en el Museo Nacional de Antropología y en la Secretaría de Educación Pública. Entre ellas, 44 maravillas llegaron desde otros países en calidad de “traslado temporal”, es decir, como “préstamo”. Lo que antes estaba prohibido (“devolverlas” siendo patrimonio nacional) y ahora fue posible gracias a un controvertido decreto presidencial que modificó el reglamento de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.
En 1999 entrevisté a uno de los Carabineros de la TCP. Su conocimiento en historia del arte universal, su formación ética y estética y su cultura general, han sido parte del éxito en la salvaguarda del patrimonio. El modelo, retomado por países como Francia, Portugal y España, fue propuesto hace años por Interpol para América Latina, en donde México ocupa, por ejemplo, el primer lugar en robos de arte sacro.
La aplicación del modelo requiere capacitación profesional, inventarios completos de bienes culturales, bases de datos, concientización acerca del valor del patrimonio, una policía incorruptible… Y presupuesto.
Del Proyecto de Egresos de la Federación para 2022, según análisis del economista Antonio Mier Hughes (en el portal Paso Libre del Grecu), el gasto programable para la Secretaría de Cultura representa sólo el 0.29% del total y contempla 15 mil 028.5 millones de pesos de los cuales 25.4% se canalizarán al megaproyecto “Chapultepec, Naturaleza y Cultura”. Al programa de Protección y Conservación del Patrimonio Cultural se destinarán 2 mil 053.6 millones de pesos que, con relación al presupuesto de 2021, “muestra un raquítico incremento real de 1%” incongruente con respecto al aumento de tráfico ilícito de bienes.
¿O será que el proyecto de Carabineros mexicanos lo diseñará en exclusiva la Guardia Nacional, como la conmemoración en el Zócalo por el Bicentenario de la Consumación de la Independencia se entregó a las fuerzas armadas?
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