Para hacer una vida en Rusia, es mejor que vivas mucho tiempo. La frase es de Korney Chukovsky, el escritor más popular y de mayor número de libros publicados para la infancia en su país. Lo cita el historiador Alexey Bogantsev. Y cuenta cómo en el mismo siglo se vivieron: dos revoluciones radicales, una guerra civil, dos guerras mundiales… “Solo un ruso puede irse a dormir una noche en un país y despertar en otro, con otro nombre, emblema, himno y bandera. Y solo ahí esto puede suceder ¡dos veces en solo 74 años!”

Bogantsev (1952), activista de derechos humanos y experto en la historia del Partido Comunista de la URSS, cuenta su vida y trayectoria intelectual en el libro The Grace of Age, con el que el Instituto Nexus, que preside Rob Riemen en Amsterdam, cerró 2022. El nuevo volumen de la bella colección Cultura Animi, dedicado a la vejez, también integra los ensayos: “Familias, Linajes y Archivos”, de la historiadora de la ciencia y directora emérita del Instituto Max Planck en Berlín, Lorraine Daston. Esta británica nacida en 1951, descendiente de inmigrantes griegos, describe el papel de los libros, las mitologías y los rituales, en la preservación de las tradiciones. Sigue: “Sobrevivientes magníficos” de David Duval, músico experto en historia y literatura del piano que destaca en su texto las obras maestras que en sus últimos años de vida realizaron escritores como Goethe, Thomas Mann, Bernard Shaw… artistas como Miró, Dalí o Miguel Ángel (que hizo La Piedad a los 87), y gigantes de la composición como Bach, Haendel, Brahms, Verdi, Dvorak, Richard Strauss, Stravinski, Bruckner… Y por último, “La gracia de la edad”, de Lenny Kaye (1946), guitarrista y escritor integrante de la banda The Patti Smith Group desde 1971.

En su Lectori Salutem, el filósofo Rob Riemen explica el porqué del tema: “La edad de la vejez nos ofrece comprensión, conocimiento y experiencia de vida que la juventud jamás podría darnos. La vejez y la experiencia de vida nos dan un cierto tipo de paz. Y cuando envejecemos es cuando empezamos a conocer la vida en toda su riqueza”. Decía Haydn al final: “Acabo de aprender a usar los instrumentos de viento, y ahora que los entiendo debo dejar este mundo”.

Los cuatro ensayos reflejan lo anterior. A sus 70 años, la trayectoria intelectual de Bogantsev inicia con su nacimiento poco antes de la muerte de Stalin, su formación en el sistema educativo soviético y su militancia, hasta que estudia Historia, descubre la manipulación y el control, la violenta represión a la disidencia; después tiene acceso a la obra de Solzhenitsyn, Trotsky, Bukharin... Con la Perestroika y el Glasnost puede leer el Doctor Zhivago de Pasternak y la poesía de Anna Ajmátova, entre otros. Renuncia al Partido Comunista en 1991. Narra su evolución ideológica en busca de responderle al mundo: “¿Cómo es posible una agresión como la de Rusia a Ucrania? ¿Por qué los rusos lo permiten?” Lamenta que su oposición categórica a esta guerra, como la de muchos jóvenes, sólo sea compartida por el 6% de su generación. En resumen, lo atribuye a que él vive en Moscú, una metrópoli (sólo un cuarto de la población rusa reside en ciudades), al miedo a perder su trabajo si se manifiestan en contra, al nivel educativo en la mayoría y a que, mientras él ha podido viajar, el 70% de los rusos carece de pasaporte. Aun así, tiene fe, si nació con la muerte de Stalin “espero ver una Rusia nueva y libre, una Rusia sin Putin”.

A Voltaire, dice Dubal, le llevó 83 años ser Voltaire. Pienso en la gracia de Poniatowska, Margo Glantz, Ida Vitale…

adriana.neneka@gmail.com

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