Una casa que es autobiografía de su autor y de sus ideas, manifiesto arquitectónico, referencia mundial de las bellas artes del siglo XX, obra maestra del movimiento moderno que sintetiza elementos tradicionales y vernáculos, así como corrientes filosóficas y artísticas de todos los tiempos. Por esas razones y más, la Casa Estudio Luis Barragán se inscribió en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO hace 20 años, el 4 de julio de 2004, en la ciudad de Suzhou, China. Y fue, por mucho tiempo, la única casa habitación en el continente americano, distinguida así. Por unanimidad de votos.

Que Luis Barragán expresa con su casa y su jardín el periodo más creativo de su vida, se sabe. Arquitectos de todo el mundo, artistas y estudiantes la visitan con reverencia y salen por la puerta de la casa a la calle con el asombro y la belleza tatuados en los sentidos. Porque recorrerla es un acontecimiento estético y emocional. El arquitecto la construye en 1947 y la habita hasta que muere en 1988; ese año es declarada Monumento Artístico. Se restaura y se abre como museo en 1994 y 10 años después alcanza la declaratoria de la UNESCO. ¿Quiénes están detrás de esta historia?

La casa de Barragán es como un paraíso escondido en pleno barrio de Tacubaya. A pesar de Periférico, de Constituyentes y del crecimiento desordenado de la Ciudad de México, ha sobrevivido tan intacto como vivo. Y no se trata de un milagro, sino de un trabajo de conservación ejemplar compartido por el equipo de la Casa-Estudio, la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán AC (FATLB) y el gobierno del estado de Jalisco, copropietario de la casa.

Las gestiones para alcanzar la lista de la UNESCO llevaron más de tres años. En 2000, el INBA lanza la iniciativa para proponerla. Según cuenta Juan Palomar, primer presidente de la FATLB, hay personas que fueron definitivas para lograrlo: José Luis Cortés, quien invitó a la Casa Barragán a Georges Zouain (exsubdirector del Fondo del Patrimonio Mundial de la UNESCO y fundador de GAIA- Heritage, empresa que asesora sitios patrimoniales para inscripción de la lista, quien, impresionado con la obra, ofreció asesoría probono); Francisco López Morales, de ICOMOS, quien asesoró el proceso desde que era director de Patrimonio Mundial del INAH y fue clave en la recta final cuando viajó con la directora del museo, Catalina Corcuera, hasta China. Desde México, Andrés Casillas y José Vigil, entonces presidente y vicepresidente de la FAT, respectivamente, recibían la llamada telefónica desde Suzhou con la buena noticia, el 4 de julio.

Pero antes, los custodios del legado respondieron a evaluaciones de Icomos y recomendaciones de la UNESCO, hicieron gestiones con Seduvi para garantizar la integridad del paisaje que rodea a la casa y se diseñó un plan de manejo. Contrataron al arquitecto Víctor Alcérreca, de la primera generación de guías de la Casa Estudio, para elaborar el proyecto de nominación con el expediente técnico. Él llevó su texto, impecable, a París y después a China.

Es decir, la obra maestra de Luis Barragán es nombrada Patrimonio de la Humanidad hace 20 años y hay que festejarlo. Pero hay un esfuerzo colectivo atrás: desde el primer presidente de la FATLB, hasta el actual, Fernando Ituarte; desde Catalina Corcuera hasta el director de la Casa-Museo hoy, Guillermo Eguiarte, que con sus equipos merecen la conmemoración que se realizará mañana en la Sala Ponce del Palacio de Bellas Artes al mediodía. Pero, sobre todo, la ovación silenciosa que los 18 mil visitantes al año ofrecen al poeta del espacio cuando recorren su casa.

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mahc

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