¿Alguien imagina algo distinto en la emergencia?, me pregunté hace una semana cuando millones de niñas y niños iniciaban un nuevo ciclo escolar que, por instrucciones del gobierno, será por televisión. En el contexto de una pandemia que tiende a profundizar las desigualdades y de un presupuesto oficial que recortará 89% los recursos para la capacitación docente, hay maestros y comunidades que, desde los márgenes, inventan y abren nuevos caminos.

Oscar Bautista, Ukeme, es maestro de primaria en una escuela bilingüe en la comunidad indígena Wixárika de Tuxpan, municipio de Bolaños, Jalisco, donde, cerradas las escuelas por el Covid-19, “ante el abandono de nuestras autoridades educativas y de nuestros gobiernos municipales, estatales y federales no quisimos quedarnos con los brazos cruzados”.

¿Qué hicieron? Crearon una red de Wifi local (Intranet) con un servidor propio donde se instaló una plataforma web para que alumnos y padres de familia accedan a los contenidos digitales de sus clases. Todos los días, explica, descargan del canal de YouTube de la SEP los programas y videos de “Aprende en Casa II”, los editan y los suben a la red local. Desde ahí, los estudiantes, sus hermanos o sus padres, los descargan a sus celulares, laptops o televisores donde pueden verlos y desarrollar las actividades. Antes se hizo un diagnóstico donde vieron que el 68% de los alumnos tenían en su hogar algún dispositivo y capacitaron a las familias para acceder a la red. Para el resto del alumnado que carece de dispositivo alguno y hasta de luz eléctrica en su vivienda, Ukeme acondicionó un cuarto de su propia casa; ahí enciende su televisión y conecta la USB en la que descargó y grabó los contenidos y recibe a grupos de niñas y niños de dos en dos, con horarios escalonados a lo largo del día.

Dado que los programas televisivos de la SEP son diseñados para la niñez en general y “el lenguaje y las formas no están contextualizados a la vida sociocultural propia de nuestras comunidades”, los maestros planean producir videos en lengua materna. El futuro de la educación, afirma Ukeme, será “mixta, presencial y en línea” y para eso se preparan.

En la comunidad Me’Phaa de Xochitepec, Guerrero, no hay televisores, ni maestros o libros de la SEP. Pertenece al municipio de Acatepec, uno de los más pobres de México. Los maestros que viajaban cada semana desde otro pueblo, a tres horas de distancia, dejaron de llegar en febrero y se quedaron sin clases. Preocupada por la formación de sus niñas y niños, la comunidad decidió en asamblea rehabilitar un Centro de Cómputo, instalado en 2014 por los misioneros del Espíritu Santo, cooperarse para un servidor local y una antena que les dé acceso a Internet (pagará por el servicio cuatro pesos al mes cada familia) y adecuar la educación al tlapaneco, su lengua. Gracias a esta iniciativa del pueblo, coordinada por Víctor Esteban desde la alta montaña guerrerense y por Beatriz Alessio desde Ciudad de México, ya hay 65 estudiantes inscritos, de 1º de primaria a 1º secundaria, que recibirán clases a distancia por Zoom a partir del 21 de septiembre a cargo de un grupo de 27 voluntarios ya capacitados.

Sentido comunitario, suma de voluntades, participación de asociaciones de la sociedad civil… un círculo virtuoso que hace la diferencia. Hoy, heroicamente y en silencio.

adriana.neneka@gmail.com

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