Hace tres años me encontré con la obra de Filogonio Naxín. Le pedí una entrevista y descubrí su universo plástico. Acuarelas, acrílicos, óleos, monotipos, aguafuertes, un estallido de formas y colores, de humor, erotismo y crítica social habitan su casa en la colonia Merced Gómez. Me contó de su infancia en una de las comunidades más pobres y marginadas de México en Oaxaca, de su pasión desde niño por la pintura, de su increíble periplo para dedicarse al arte. Y de la discriminación. Volví a su taller hace unos días. Está lastimado física y emocionalmente. La ciudad de los derechos donde decidió vivir le ha pagado su talento con un secuestro y una brutal agresión policíaca. Su "delito": no pagar una extorsión. Y ser indígena en un país, "donde no existimos, sólo en el discurso y en las vitrinas de los museos".

El domingo 12 de marzo salía de comer con Cristal, su esposa, y sus pequeños hijos de casa de unos amigos en Coyoacán. Juntos organizan en esa colonia un espacio cultural independiente dedicado a las artes y culturas indígenas con talleres gratuitos, exposiciones, lecturas de poesía, recitales… en Francisco Ortega 17. Se le cerró un auto, dio un volantazo y chocó ligeramente con un semáforo. Intentaba cambiar su llanta ponchada cuando llegaron dos policías, luego ya eran cinco patrullas a su alrededor. “¿Cómo nos arreglamos?”

Lo que siguió: “el infierno”. Con violencia lo empujaron dentro de una patrulla, él gritó, exigía sus derechos. “Que vas a saber tú de derechos, pinche indio”. Lo golpearon, le bajaron los pantalones. “Esto te pasa por pendejo”. Lo esposaron. Una hora lo trajeron dando vueltas. Lo vieron mal, pidieron una ambulancia, tenía muy alta la presión, luego lo llevaron a un MP, pero ése no era el indicado. Ya con Cristal se los llevaron a los dos a otro MP donde le dijeron que debía una multa de 28 mil pesos por daños en la vía pública… En shock, volvió a su casa ya de mañana y a los dos días regresó a pagar para recuperar su auto que sigue en un corralón. Ah no, le dijeron, ahora hay una segunda multa de otros 28 mil 600 pesos “por desacato”. Amenazan con arrestarlo 25 horas si no paga esa cantidad, en efectivo. O trabajo comunitario. Ofreció dar talleres en escuelas para niños. Ah no, ellos le dirán en dónde, cuándo y qué.

El pintor denunció ante las autoridades, pero también en Derechos Humanos de la CDMX y en redes sociales. Exige justicia, reparación del daño. “No podemos quedarnos callados, porque no soy el único, hay quienes no tienen voz o ya desaparecieron”, me dice. Se rehabilitaba de un padecimiento en la espalda cuando esto sucedió y recayó por los jaloneos y golpes. Ahora le exigen casi 60 mil pesos, necesita medicamentos y debe hacer “trabajo comunitario”. En una carta con unas 300 firmas, artistas, gestores culturales, escritores… exigen justicia, castigo a los responsables. La dirigen a Claudia Sheinbaum, a Omar García Harfuch, al alcalde de Coyoacán.

¿Cómo hablar de una ciudad de derechos cuando los ciudadanos seguimos sometidos a la impunidad, el racismo, la corrupción y el clasismo sistémicos?, dice la carta. Y Filogonio, que desarrolla un proyecto en la sala de Etnografía a invitación del Museo Nacional de Antropología, que ha mostrado su obra en más de 30 exposiciones y abre un espacio artístico gratuito… no ha recibido ni una llamada de las autoridades culturales. ¿En dónde está la Secretaría de Cultura? Mientras la denuncia recorría las redes, Alejandra Frausto celebraba la inauguración de la nueva tienda de Fonart en Los Pinos “la residencia oficial del pueblo de México”.



Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión y muchas opciones más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS