Si David Hockney siempre ha sorprendido por su creatividad en el uso de nuevas tecnologías para experimentar las múltiples opciones que hay de mirar la realidad y convencernos de que arte representa no lo que vemos sino cómo lo vemos, su reciente aventura en Londres lo consagra como el pionero más audaz en el uso de las herramientas emergentes de la inmersión digital. No en balde el nuevo espacio “Lightroom” (Cuarto de luz), abre sus puertas por primera vez con la propuesta del artista: Bigger and closer. Not smaller and further away.

Con 80 años de vida y 60 dedicados a las artes, este genial artista británico conmemora, no con una retrospectiva de su obra, sino con una invitación al espectador para entrar en su mundo y recorrerlo junto con él dentro de un gran espacio en donde lo inimaginable se hace posible, donde se desafía la perspectiva, la noción de espacio y tiempo y las convenciones pictóricas que conocemos. Sus paisajes, escenografías para teatro y ópera, collages, fotografías y videos y sus conocidas albercas, se amplifican, multiplican y cobran vida y movimiento. Los espectadores (vi desde bebés y estudiantes hasta gente muy mayor) pueden sentarse, acostarse o recorrer el espacio y experimentar cómo la obra les envuelve porque está en el techo, el suelo y los muros del cuarto convertidos en pantallas.

Desde la Polaroid hasta el Ipad, Hockney ha acogido con entusiasmo las nuevas herramientas digitales. Hace tres años aceptó la invitación de Mark Grimmer, director de 59 Productions (con larga trayectoria en proyecciones para teatro) de experimentar con las nuevas formas de experiencias inmersivas, utilizar la tecnología a escalas sin precedente y, con un sentido teatral, ofrecer una mirada fresca a su obra y redefinir la relación entre espectador y el arte que tanto le interesa. Aceptó inmediatamente y cuando los productores lo escucharon hablar de sus proyectos, exploraciones, ideas y búsquedas decidieron incorporar su voz como guía y narrador, lo que le da cercanía e intimidad con el público. Un enorme equipo de diseñadores, animadores, editores musicales, iluminadores… está detrás de todo lo que vemos y la música que escuchamos: Mozart, Wagner, Poulenc, Satie, Ravel, Stravinsky, Puccini. Necesitaron varios servidores, cableado de datos, sistema de sonido de última generación y 24 proyectores de video para darle vida al proyecto.

Cabe destacar que “Lightroom” utiliza energías renovables y es parte de Kings´s Cross, uno de los espacios urbanos de mayor sustentabilidad y respeto al medio ambiente en todo Reino Unido.

La experiencia es virtual, pero la percepción es real y aborda los temas: “Lección de perspectiva”, “La pintura para el teatro”, “Dibujando con una cámara”, “Caminos y veredas”, “Albercas” y “Mirando de cerca”, donde estallan las estaciones del año desde las pantallas y el amor de Hockney por la naturaleza.

Al final, mientras experimentamos la primavera dentro de su obra, el artista nos dice: “El mundo es muy, muy bello. Si lo miras. Pero la mayoría de la gente no mira mucho (…) Yo sí lo hago”. Y concluye: “He pintado durante 60 años. Sigo pintando, Y sigo gozándolo enormemente. Sí”.

En la película Sueños (1990), de Akira Kurosawa, un estudiante de artes logra introducirse en uno de los lienzos de Van Gogh. Camina por los campos de trigo, mira los cuervos que lo sobrevuelan bajo un poderoso y violento cielo azul y ahí en el paisaje que cobra vida y movimiento se encuentra con el pintor y dialoga con él. Con la tecnología del siglo XXI en manos de Hockney, el sueño del director japonés se hace realidad, “más grande y más cercano”.

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