Estamos a tiempo de ganar la elección de 2024 por muchas razones, pero una de las principales es la necesidad imperiosa de millones de mexicanos que deseamos un país plural, incluyente y empático con los más vulnerables. El tema es cómo lo construimos y para eso es fundamental, necesaria y urgente, la autocrítica.
Abundar sobre lo que significa el actual gobierno y su movimiento es, además de ocioso, estéril... porque no nos lleva a ningún lado. Tenemos casi cinco años en los que se ha demostrado que ante los retos y graves problemas nacionales, el mandatario no ha estado -ni estuvo- interesado en mejorar las condiciones de vida de sus gobernados. Es evidente que no cambiará su actitud, pues no escucha, ni escuchará a nadie porque él es el mesías que ostenta el poder absoluto en este país. Para muestra, bastan las trágicas estampas que observamos en esta semana:
1. La alcaldesa morenista de Tijuana “acuartelándose” en la Guardia Nacional, porque fue amenazada por el crimen organizado y “debe protegerse”. Nadie minimiza este problema, pero cuando la autoridad responsable prefiere emprender la retirada, sin asumir la responsabilidad de su mandato, los ciudadanos quedan completamente vulnerables ante la violencia que todos los días aumenta.
2. El presidente López Obrador atrincherado negándose a cumplir la orden de un juez, que confirmó a Xóchitl Gálvez su derecho de réplica, porque fue denostada y difamada desde el púlpito presidencial.
Ambos actos desnudan con crudeza, la realidad que vivimos millones de personas en este país: tenemos miedo ante las condiciones de inseguridad, en donde la pauta de la vida pública la ha marcado el crimen organizado, y que este gobierno, empezando por el mandatario, no ha sido capaz de respetar la ley. Durante estos años se ha negado a enfrentar los problemas que se supone, se había comprometido a resolver; los datos oficiales están a la vista. ¡Segura estoy que somos miles los que esperamos que este gobierno termine!
Sin embargo, escucho con preocupación los mensajes de nuestros líderes partidistas y sociales de oposición, que reaccionan ante las campañas anticipadas de los oficialistas. Sin duda, no se necesita ser un jurista para saber que se trata de acciones ilícitas que deben denunciarse. Seguramente ya el equipo de abogados de los partidos políticos deben estar haciendo su tarea para que sean las autoridades correspondientes las que tomen cartas en el asunto.
Me parece que la atención, el trabajo y el esfuerzo de nuestras dirigencias debe concentrarse, de manera urgente, en al menos dos tareas:
1. Crear, o en su caso, fortalecer, las estructuras electorales que son parte de la vida institucional de los partidos, no sólo para el cuidado del voto, sino para promoverlo. Debe hacerse sin distinciones, con la integración de todas las voces internas, sean o no coincidentes. En estos momentos debemos sumar a todo aquel que esté dispuesto a aportar a la causa de México.
2. Definir, con eficiencia y estrategia, la propuesta y convocatoria a todos los mexicanos, que ven la oposición una alternativa para la solución de sus problemas cotidianos.
Llevar a cabo estas tareas requiere de la necesaria generosidad para llevar a cabo un ejercicio de autocrítica. Por ello llamaron mi atención las palabras de Marko Cortés, presidente de mi partido: “López Obrador prohibió los debates entre los aspirantes de su movimiento, porque no quiere críticas de nadie, ni siquiera de los suyos”, y señaló que "nuestro país necesita de partidos políticos que estén dispuestos a enfrentar un régimen autoritario”.
Coincido presidente Cortés, por eso mi mensaje para ti: empecemos entonces en casa, acepta que debemos corregir el rumbo y por eso te recuerdo que tu posición no puede ser la de colocarte como un tercero interesado. Estás al frente de la primera fuerza opositora de este país, integrante de la alianza. ¡Entonces dirígenos! Somos miles de militantes y millones de simpatizantes que estamos esperando que nos digas hacia dónde vamos.
Señalas también que se necesita una sociedad más activa y participativa que esté dispuesta a acudir a las urnas. ¡Esa ya existe y manifestó su fuerza en la defensa de las instituciones democráticas y de justicia, porque encontró sentido a la causa! Lo que sucede es que su ánimo y fuerza están desaprovechados, porque no tienen claro a dónde nos llevan las decisiones que han tomado solo las dirigencias.
Los mexicanos saldrán a las urnas a votar por la oposición, cuando los partidos políticos, entre ellos Acción Nacional, sean capaces de asumir sus causas y proponer alternativas que los convoquen y motiven a votar.
¿Recuerdas que Acción Nacional era una escuela de ciudadanos? Nunca es tarde para recuperar nuestra identidad.
No se puede pedir participación, cuando la batalla se centra sólo en evidenciar la mediocridad del adversario, sin reconocer la propia.
Nuestra Patria no puede esperar, porque cada minuto que perdemos tiene un alto costo para los mexicanos. Aún estamos a tiempo de construir, entre todos, un porvenir para México.
Política y activista