La crisis en los partidos políticos no es nueva, el desgaste ante la opinión pública lleva ya, muchos años. Sin embargo, entender lo que ha sucedido en los últimos 5 años en términos electorales es fundamental.

Se han renovado ya las 32 gubernaturas del país y aunque Morena se ha presentado como una exitosa máquina electoral gracias al “amor del pueblo” la realidad es que no es así; el partido del presidente usa todos los recursos del gobierno: humanos, económicos e incluso de procuración de justicia, para lograr sus triunfos electorales, los votos del partido oficial tienen un enorme costo en perjuicio de los mexicanos, tema que he desglosado en diversos espacios de opinión.

Pero el saldo para la oposición, PAN, PRI, PRD y MC no es nada bueno y negarse a la autocrítica es un grave error.

Los datos no mienten, se han perdido prácticamente todas las gubernaturas: el revolucionario institucional hoy solo gobernará Durango y Coahuila y el PAN, Yucatán, Querétaro, Chihuahua, Aguascalientes y Guanajuato y las encuestas de los 2 estados que se renovarán en 2024, señalan una cercanía peligrosa en preferencia electoral al partido oficialista.

Más allá de mi opinión fundamentada en los resultados electorales, me parece una apuesta muy arriesgada construir una oposición competitiva solo desde la premisa, de que la única forma de ganarle a MORENA es si todos los logotipos partidistas van juntos.

En política 2+2 no son 4.

Es urgente corregir el rumbo porque de seguir así los resultados electorales serán los mismos. Este llamado lo he escuchado en público y en privado por parte de destacados panistas, militen o no todavía en Acción Nacional y por eso va para ellos este mensaje.

Estoy en el PAN desde hace casi tres décadas y no concibo que quienes tuvieron el honor de presidir el PAN, hoy asuman desde lejos de la institución que los impulsó, una posición crítica sin reconocer que los problemas que vivimos también son parte de su legado público.

Germán Martínez, Gustavo Madero y Damián Zepeda, como dirigentes partidistas, tomaron decisiones que también fueron cuestionadas, tanto en la designación de candidatos como en el ejercicio público, costos que pagó la institución.

Hoy los tres son senadores de la república y aunque su llegada se dio por distintas vías, les pregunto ¿no creen que sea momento de replantearse su participación dentro de Acción Nacional? sé que la vida interna de los partidos es muy desgastante, pero no es momento para estar cómodos.

A Luis Felipe Bravo Mena y los exgobernadores que se han autodividido en dos generaciones, les digo

El liderazgo moral no sirve de nada si no se transmite a las nuevas generaciones, si se guarda en un cajón para después desempolvarse solo como añoranza de las glorias pasadas, pero que lamentablemente ya pocos recuerdan. Los jóvenes tienen derecho a saber cómo se construyó el PAN desde la oposición.

La segunda generación de gobernadores del PAN, ganaron sus espacios cuando ya éramos gobierno federal, no están en duda sus capacidades, pero sus triunfos fueron también producto de la siembra de miles de panistas que antes que nosotros, llenaron el camino de semillas democráticas cubiertas de lucha y persecución desde el poder.

Acción Nacional no debiera ser una franquicia electoral, no fue el propósito de nuestra creación.

Vicente Fox y Felipe Calderón: no sobra decirles que, los logros de sus gobiernos como el seguro popular, las estancias infantiles y las políticas públicas a favor de millones de mexicanas, son acciones de las cuales nos enorgullecemos, pero también deben reconocer que los errores cometidos en el ejercicio público, así como apoyar candidaturas presidenciales de otros partidos y pretender la creación de un nuevo partido político nos dañaron enormemente.

Más allá de los motivos que los llevaron a tomar esas decisiones, quiero recordarles que no hay honor más grande para un militante de cualquier partido que presidirlo y representarlo en la primera magistratura del país. ¿qué más puede darles Acción Nacional?

A TODOS USTEDES LOS NECESITA MEXICO, NO HAY TIEMPO PARA INVENTAR NUEVAS FÓRMULAS.

A Marko Cortés, presidente de mi partido, le pido entender la importancia de sus decisiones no sólo para el PAN, sino para el país. El momento político no admite cerrazón, interés personal, egoísmo e ineficiencia. Los resultados están a la vista y la realidad que nos está golpeando.

Es obligación de quien encabeza la institución, hacer un llamado a todos aquellos que tienen que aportar a México, es tu responsabilidad generar cohesión y construir la unidad sin simulaciones. ¿Qué esperas presidente para hacer la convocatoria a estos y miles de actores políticos en todo el país? ¿Qué esperas para asignar tareas en este momento complicado para la Nación?

Pero no lo hagas desde un tuit, un mensaje de texto o whatssap, tampoco lo justifiques con una foto. Hacer política implica un diálogo frecuente con todos, sean o no tus afines, el liderazgo se ejerce, no se adquiere solo por el nombramiento.

Es un grave error acusar a los ciudadanos por el abstencionismo, no puedes olvidar las palabras de Carlos Castillo Peraza en los tiempos oscuros de México:

“hay personas que no pueden pensar en votar porque primero tienen que pensar en comer”. Nuestra tarea como partido es formar ciudadanos, generar estructuras electorales y presentar ante los mexicanos propuestas para mejorar su calidad de vida. Pregúntate presidente ¿has cumplido estas tareas? cuestiónate, ¿cómo quieres ser recordado por tu paso por el PAN?

Después de presenciar como al otro día de la elección en el Estado de México y Coahuila sellaste nuevamente una coalición electoral con los dirigentes del PRI y del PRD estoy segura que miles de mexicanos queremos verte dando un paso aún más audaz. Te instamos a que junto con Jesús Zambrano y Alito Moreno, firmen el compromiso de renunciar a cualquier ambición de postularse a cargos de elección popular y concentren todos sus esfuerzos a rescatar al país. Esta acción también debe ser replicada en todos los estados de la república por los dirigentes estatales. Necesitamos dirigentes comprometidos y congruentes que demuestren su amor por México.

Estoy segura que este gesto ejemplar les ganaría el respeto de todos aquellos que estamos dispuestos a construir un proyecto de país con futuro prometedor, sin rendirse en la esperanza de recuperar los años perdidos. Reivindiquen la confianza de ciudadanos y militantes que queremos un cambio real y no estamos dispuestos a conformarnos con menos.

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