¡Viva la independencia! ¡Viva la América! ¡Muera el mal gobierno! —Miguel Hidalgo y Costilla
En aquel 16 de septiembre de 1810, el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla, hizo un llamado al pueblo mexicano para alzar la voz por la independencia y la libertad, incluyendo la frase “muera el mal gobierno”. Este concepto es amplio y puede ser subjetivo y podría tener distintos significados en tiempos y circunstancias diferentes; sin embargo, en cualquier contexto implica un rechazo al abuso del poder público. En aquel momento, los movimientos independentistas de América utilizaron esta consigna para expresar su oposición a los gobiernos colonialistas que impusieron la esclavitud de los pueblos originarios y sometieron a la población a tributación para los reinos europeos. El grito de independencia, por tanto, no fue sólo una demanda de liberación del yugo extranjero, sino un reclamo por un gobierno que respondiera a los intereses del pueblo y no a intereses foráneos.
Este mes de septiembre celebramos el inicio de aquella lucha heróica por la libertad de nuestro pueblo frente a la ocupación de la corona española, misma que culminó en la declaración de Independencia en 1821. Desde entonces, México emprendió un complejo camino de construcción como Estado nación, pasando del Imperio Mexicano hasta consolidarse como la República federal, democrática y representativa que es hoy.
Sin embargo, la independencia nacional no debe entenderse únicamente como la liberación del dominio del extranjero. Hoy en día, la independencia enfrenta nuevas aristas y amenazas, tanto a nivel individual como en el ámbito estatal. A nivel personal, la independencia implica la libertad de todas y todos los mexicanos para estar informados, ser partícipes en los asuntos públicos que les conciernen, y ejercer así su autonomía de voz y decisión durante la incidencia en el entorno. La verdadera independencia de la ciudadanía se manifiesta en el goce pleno de sus derechos, comenzando por el derecho a saber.
En el ámbito estatal, aunque la época de las colonias extranjeras ha quedado atrás, la libertad y autonomía del Estado mexicano continúan amenazadas por injerencias y tentativas de captura por parte de grupos y redes ajenas al interés público.
En ambos niveles, la opacidad se presenta como la amenaza más grave para la independencia de México, ya que crea el entorno idóneo para la captura del Estado por intereses particulares e impide a la ciudadanía identificar y denunciar los abusos en el poder, es decir, al “mal gobierno”. Por el contrario, la transparencia y el acceso a la información se tornan instrumentos centrales para defender la independencia del aparato estatal y las libertades de su ciudadanía. En los tiempos actuales, la transparencia y la independencia son conceptos inseparables.
Mucha razón tenía Miguel Hidalgo al clamar por la independencia y condenar al mismo tiempo al mal gobierno. Aunque al decir “muera el mal gobierno” se refería al rechazo del dominio extranjero, en el fondo la frase cuestiona el abuso de poder, la opresión y la corrupción, situaciones que, aunque con rostros diferentes, siguen presentes en nuestros días.
Celebremos, entonces, nuestra independencia nacional y continuemos protegiéndola de cualquier “extraño enemigo”, utilizando las poderosas armas de la transparencia y el acceso a la información.
¡Viva México!
Comisionado Presidente del INAI