“Ahoguemos nuestras discordias. Que un mismo interés nos una, el supremo interés de la nación; y que una misma bandera nos guíe, la de la República Mexicana”. —Benito Juárez

Escribo estas líneas en los días previos a la jornada electoral, con las que comparto algunas reflexiones sobre lo que estimo serán los retos a superar posterior a ella. Deseo que al momento de publicarse esta colaboración el escenario consista en una jornada electoral pacífica. Imagino que ya contaremos con un conteo preliminar de votos que nos permita conocer a las candidaturas ganadoras en la mayoría de los cargos, incluida la Presidencia de la República.

Una democracia requiere demócratas. Es mi anhelo que las candidaturas no favorecidas hayan reconocido con civilidad los resultados, incluso en los casos con márgenes de victoria ajustados y, en aquellos en que aún no se pueda verificar alguna candidatura ganadora, que las partes se mantengan respetuosas entre sí y ante las determinaciones de las autoridades electorales.

Pronto los resultados serán oficiales y el proceso electoral concluirá con la declaración de validez por parte de las instancias competentes. Con este cierre, será momento de análisis sobre lo ocurrido, dar vuelta a la página y volver a la normalidad y la unidad nacional. En los procesos electorales es común la confrontación, pero esta debe centrarse en las ideas y las propuestas, no entre personas o grupos involucrados. Ahora que la jornada electoral habrá concluido, es momento de que los enfrentamientos políticos también lo hagan.

Esto no significa renunciar a la convicción ideológica y proyectos propios que podrían ser distintos frente a otros; todo lo contrario, la democracia es el contraste y discernimiento entre la pluralidad de visiones. En la democracia se espera que existan disensos y que se llegue a consensos en favor del desarrollo. Pasaron las elecciones y ahora, el debate público debe continuar en las arenas instituidas, sin olvidar que las minorías tienen el mismo derecho a ser escuchadas que las mayorías. Es por ello por lo que, pasada la jornada electoral, es nuestro deber defender y fortalecer a la democracia como forma de gobierno y al imperio de la ley como guía, pues así se logrará que la voz de todas y todos sea escuchada.

Es fundamental recordar que el ejercicio de la ciudadanía no se limita a votar. En el espíritu del mensaje de Benito Juárez, debemos superar nuestras diferencias y mantener nuestra unión como nación. Además, en un momento de la historia, en el que nuestro país se ha visto afectado por la alta polarización política y la desinformación pública, debemos responder con más democracia y, para ello, seguir participando en la vida cívica, exigiendo cuentas y proponiendo.

Les invito a que busquemos unidad en nuestras diferencias y que tengamos en cuenta que la democracia se fortalece cuando se asume la responsabilidad de ser personas informadas y que contribuyen en la construcción del destino nacional. También, es momento de continuar con la vigilancia constante de las nuevas autoridades electas. La democracia continúa y, desde el INAI, seguiremos siendo guardias de los derechos de acceso a información y de protección de los datos personales, pues garantizan que cada persona pueda ejercer sus derechos cívicos con confianza y seguridad.

Tengan la certeza de que el INAI estará aquí, vigente y para ustedes. No sólo es nuestra función, también es nuestra vocación.

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