En este primer semestre del año el comportamiento de los delitos en la Zona Metropolitana de la Laguna se pinta de varios matices. Las estadísticas de incidencia delictiva del fuero común que publica el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública[1] dan cuenta de una recuperación integral de forma paulatina en los últimos 5 años, sin embargo hoy vemos claras señales de sutiles incrementos en distintos delitos, principalmente los robos comunes, patrimoniales que no permiten el ascenso integral de la región.
Los municipios que conforman la Zona Metropolitana de la Laguna[2] y que concentran la población en La Laguna son Torreón por parte de Coahuila y Gómez Palacio por parte del estado de Durango, ambos tienen dinámicas económicas y sociales distintas, así como sus afectaciones en materia de seguridad y violencia. Estas diferentes conductas obedecen a que hoy tengamos dos realidades distintas, por un lado los delitos que afectan a un municipio de un estado son contrarios a los que se registran en el otro y viceversa, donde se registran avances en el otro municipio se registran retrocesos. Me permito hacer algunos comparativos entre estos dos municipios: mientras el municipio de Gómez Palacio se esfuerza en disminuir el robo de vehículo en sus modalidades con y sin violencia en un 25.2% el municipio de Torreón lo incrementa en un 26.1%. En el caso de los robos a casa habitación, Torreón ha disminuido hasta en un 42.0% estos delitos, mientras que Gómez Palacio los mantiene en el mismo nivel. Si hablamos de los robos a negocio, Gómez Palacio ha empeorado 70.6% respecto al año anterior, mientras el municipio de Torreón los ha logrado disminuir hasta un 11.0%. Los robos a transeúnte en Torreón han logrado disminuirse un 6.4%, mientras que en Gómez Palacio han aumentado un 13.7%. Este comportamiento también aplica en el delito de violaciones en donde a pesar que Gómez Palacio registra una baja de 22.2% Torreón ve incrementado este indicador en un 46.0%. Quizá sea válido inferir que existan resultados opuestos, pues las capacidades locales en cuanto al número de elementos policiacos, el equipamiento, los sueldos de los policías, la capacitación, y los recursos empleados en seguridad son muy distintos, incluso las legislaciones y los reglamentos en un estado son diferentes a los del otro. Estas diferencias no son exclusivas de indicadores delictivos, también aplican contrastes en otros aspectos como la deserción escolar y la creación de empleos en datos del Observatorio de la Laguna[3].
Entendemos que las estrategias deberían ser diferenciadas y focalizadas, si partimos que las dinámicas son desiguales, tal como lo menciona México Evalúa en su Manual para implementar, diseñar y evaluar políticas públicas de prevención del delito[4], que ayudan a inhibir estos factores de riesgo que propician conductas antisociales y violentas. Por tal motivo consideramos que SI es posible ver en el otro aquello que le está funcionando, claro que es factible la posibilidad de replicar las buenas prácticas, y no se trata de ver ciudades bajo algún conflicto de coordinación, si no de identificar las asimetrías entre ellas y potencializarlas.
Concluimos que existen los espacios de conflicto que terminan afectando el indicador metropolitano (porque así hay que medirlo) que estancan los avances o agravan las problemáticas. La complejidad de las diferentes ciudades de la Laguna es un factor determinante, su coordinación es indispensable sobre todo cuando tenemos Gobiernos Estatales de diferente ideología partidista, al igual que los municipios mencionados.
Debemos precisar que a pesar de estas realidades hay coincidencias donde resultan más optimistas las cifras, como el caso de los homicidios dolosos que ambos municipios han avanzado sensiblemente, así como el caso de los secuestros. El desafío consiste en reforzar acuerdos entre corporaciones, en el intercambio de información y en mejorar la coordinación metropolitana, más allá de que a un municipio le vaya bien, es imperante visualizar que a todos nos vaya bien, pues se tiene demostrado que en el combate a ciertos delitos es posible avanzar en conjunto y lograr consolidarnos como una de las regiones más prósperas del país.
Marco A. Zamarripa
Director del Consejo Cívico de las Instituciones, A.C.
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Bibliografía