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A menos de un mes de que inicie el periodo ordinario de sesiones (1 de septiembre), los grupos parlamentarios de Morena y del PAN entraron en una confrontación por presidir la Mesa Directiva de San Lázaro para el segundo año de la 64 Legislatura.
Mientras Morena, en voz de la vicepresidenta de la Cámara de Diputados Dolores Padierna, anunció que su partido presentará una iniciativa para presidir los tres años de esta Legislatura, el PAN determinó dividir en dos el año que les correspondería y será una mujer quien suceda a Porfirio Muñoz Ledo, y en los últimos seis meses, un diputado.
Este lunes, Padierna anunció que presentará esta iniciativa hoy miércoles ante la Comisión Permanente y se aprobará fast track en los primeros cinco días del periodo ordinario de sesiones, que inicia en septiembre, con lo que Morena retendrá la presidencia camaral hasta 2021 al tener la mayoría calificada.
Por esta intención, la bancada del PAN en la Cámara de Diputados consideró como una “pretensión autoritaria” y un “agandalle” de la bancada de Morena el querer presidir la Mesa Directiva por los tres años, y recordaron que los coordinadores parlamentarios acordaron respetar lo establecido en el artículo 17 de la Ley Orgánica del Congreso General para que la presidencia se rote entre los dos grupos parlamentarios mayoritarios que no la hayan ejercido.
Al arranque de la Legislatura los diferentes grupos parlamentarios establecieron un acuerdo en el que se definió que Morena, al tener la mayoría absoluta, encabezaría la Junta de Coordinación Política por los tres años que durara la 64 Legis-latura, pero la Mesa Directiva sería rotatoria. Así, y con base en el número de diputados que tiene, al PAN le correspondería asumir este cargo y al PRI en el tercer año.
Hasta ahora han levantado la mano para presidir la Cámara los diputados Laura Rojas, Adriana Dávila, Jorge Luis Preciado, Elías Lixa y Xavier Azuara, pues Marco Antonio Adame decidió no buscar este cargo, pero sí apoyar que el PAN presida a partir del 1 de septiembre.
La elección de los candidatos se llevará a cabo los próximos 26 y 27 de agosto, cuando los panistas lleven a cabo su reunión plenaria, y será a través de votación interna directa, pero antes los aspirantes podrán dirigir un mensaje a su bancada de hasta cinco minutos.
Reclamo. Adriana Dávila, quien aspira a presidir la Cámara de Diputados, dijo que los temores de Morena de que un opositor presida la Mesa Directiva son infundados porque los 78 integrantes del blanquiazul tienen la formación política y la suficiente institucionalidad para presidir la Cámara de Diputados.
Recordó que en 2007, cuando el blanquiazul fue mayoría en San Lázaro, le entregaron la Mesa Directiva a la entonces perredista Ruth Zavaleta, quien era cercana a Andrés Manuel López Obrador.
Jorge Luis Preciado, quien también aspira a la presidencia, aseguró que la voluntad ciudadana no le dio la mayoría absoluta a Morena con su voto, sino que fueron los diputados chapulines quienes ayudaron a este partido para obtenerla.
Además, Preciado anunció que en caso de que prospere esta iniciativa acudirán a combatirla e impugnarla como un deber y una obligación.
Asimismo, Laura Rojas, también aspirante, afirmó que los coordinadores parlamentarios acordaron respetar el artículo 17 de la Ley Orgánica para que la presidencia de la Mesa Directiva se rote entre los dos grupos parlamentarios mayoritarios que no la hayan ejercido.
“Este acuerdo de los coordinadores, que se firmó hace un año, señala que la presidencia de la Mesa Directiva en el segundo y tercer años de la Legislatura la ocuparán un legis-
lador de los dos grupos parlamentarios mayoritarios”, dijo Rojas.
El vicepresidente de la Cámara de Diputados, Marco Antonio Adame, pidió sensatez en Morena porque esta intención debilita al partido en el gobierno y dijo que quieren dar un albazo legislativo y tratar de sustituir el diálogo y los acuerdos. Explicó que la mayoría absoluta de Morena en San Lázaro no es “natural”, pues no se da como producto de los votos de los mexicanos, sino por una serie de acuerdos políticos entre las diferentes fuerzas que integran la Cámara Baja.
“[Esta iniciativa] hace ver a Morena, que ha construido una mayoría artificial, como una fuerza insegura y ventajosa que necesita violar la ley e imponer su mayoría mecánica para mantener la gobernabilidad (…) es una pretensión autoritaria argumentar por un cálculo político que la oposición no es confiable. Refleja una vena autoritaria y una debilidad enorme de Morena”, aseveró Adame Castillo.
