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Arturo Sarukhán, exembajador de México en Estados Unidos, aseguró que para nuestro país se abren dos oportunidades “de posicionamiento, narrativa y de política pública bilateral que el gobierno mexicano no debe desaprovechar”, luego de que el presidente electo estadounidense, Donald Trump, anunció que declarará a los cárteles como organizaciones terroristas internacionales (FTO, por las siglas en inglés).
En redes sociales, Sarukhán también advirtió que esta decisión de Trump “sólo profundizará la militarización de la lucha contra el narcotráfico” e implica consecuencias para las relaciones comerciales, financieras y económicas.
Expresó que, más allá de que muchos aplaudan en México estos dichos del republicano, esta decisión conlleva secuelas que siguen sin dimensionarse correctamente.
“Pero también la oportunidad para el gobierno mexicano de hacer jiu-jitsu con dicha designación, si es que se da”, dijo.
Si se implementa esta decisión, Sarukhán mencionó la oportunidad de que todo estadounidense que venda ilegalmente un arma que sea traficada a nuestro país o que venda armas al narcotráfico o que blanquee activos de la delincuencia “se convertirá ipso facto en cómplice del terrorismo, y el gobierno mexicano debiera presionar que sean tratados como tal en Estados Unidos”.
Agregó que una de las lecciones y herramientas más importantes de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo internacional, después de los atentados de 2001, fue el uso de una política muy agresiva para detectar, combatir y prevenir el lavado de dinero que alimentaba al terrorismo fundamentalista, y que en gran medida explica por qué no ha habido un ataque terrorista en suelo estadounidense desde entonces.
“Esa experiencia debería ser aprovechada por México para subrayar que ese enfoque, en lugar de la erradicación, la interdicción o el arresto de capos, debe erigirse en la punta de lanza en la lucha contra el crimen organizado internacional”, dijo Sarukhán.
Sarukhán refirió que lo que no se acaba de procesar en México es que, de entrada, designarlos como terroristas “sólo profundizará la militarización de la lucha contra el narcotráfico. El problema se agrava porque cuando la única herramienta que tienes es un martillo todos los problemas se ven como clavos”, aseguró.