Analistas políticos y politólogos señalaron que el oficialismo ya arrancó la maquinaria de las 23 aplanadoras en los Congresos estatales para ratificar la reforma constitucional en materia del para entregársela al presidente López Obrador antes del 15 de septiembre y que pueda usarla como parte de sus arengas.

Morena y sus aliados tienen la mayoría en 26 de los 32 Congresos estatales; en 18 cuenta con la mayoría calificada para aprobar sin necesidad de la oposición el llamado plan C del presidente , que requiere del aval de 17 Legislaturas locales.

Alfonso Zárate, politólogo, dijo a EL UNIVERSAL que “el desenlace de esta historia, la aprobación de una reforma judicial depredadora, se escribió hace tiempo; ayer sólo se concretó la mayoría calificada que le permitirá a la clase gobernante hacer lo que le venga en gana”.

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Consideró que la aprobación, en la mitad más una de las 32 legislaturas de los estados será meramente cuestión de trámite.

“Avanza la construcción de un nuevo régimen que nos retrotrae al México de los años del presidente Gustavo Díaz Ordaz”, agregó Zarate.

La analista política e internacionalista Arlene Ramírez Uresti dijo que con esta última etapa de ratificación en los Congresos estatales el Presidente y Morena ya echaron a andar sus “aplanadoras locales” para aprobar una reforma que no es parte de una agenda de Estado, ni siquiera de la próxima mandataria, sino un asunto personal de López Obrador.

“Todo ha sido un proceso con cero pulcritud legislativa, con implicaciones profundas al sistema político mexicano y con un mensaje hacia el exterior preocupante de que los temas que le interesan al Presidente se aprueban con celeridad, sin un cuestionamiento de su partido y aliados, con una celeridad inaudita, lo que dejará una grave estela de consecuencias”, apuntó.

Dijo que lo más sano sería que en los estados se diera un proceso de análisis más detallado, incluso porque hay determinaciones judiciales para frenar el proceso, pero lo cierto es que se están dando mecanismos de presión muy fuertes, como en el caso de los Yunes, y lo más grave es que ello evidencia la acumulación de poder en seis años y la pérdida de contrapesos.

Consideró que el presidente López Obrador utilizará en sus últimas dos semanas este tema como su mayor triunfo y legado político, y seguramente será parte de sus arengas el próximo 15 de septiembre.

José Perdomo, analista político y especialista en Derecho Electoral por la Universidad La Salle, expuso que la aprobación en el Congreso de la Unión del llamado plan C del Presidente y ahora las prisas para que la mayoría de los 32 Congresos estatales la ratifiquen muestran la obsesión y el espíritu revanchista de López Obrador por encima de la ley y de la dignidad de miles de legisladores.

“Él quiere, en bandeja de plata la noche del 15 de septiembre, tener la aprobación de esta reforma constitucional para que en sus arengas pueda presumir ante miles en el Zócalo y millones en televisión que derrotó al Poder Judicial, que lo destruyó”, afirmó.

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Expuso también que el Primer Mandatario, a dos semanas de concluir su sexenio, quiere llegar a la celebración del Grito de Independencia con arengas específicas, que ya debe estar redactando, que sub- rayen: “Misión cumplida, ya se colocaron los pilares de la Cuarta Transformación”.

Consideró que el presidente López Obrador, como en tiempos de Plutarco Elías Calles o como en los años 70 del PRI más rancio, logró tener en los últimos meses de su gobierno un absoluto control político del país, ya no sólo con mayorías absolutas de dudosa procedencia en San Lázaro y el Senado, sino ahora también en más de 20 Congresos estatales.

“Regresaron los tiempos del presidente que con su deseo y órdenes puede aprobar reformas, donde queda borrada la voluntad o argumentos de la oposición, que puede manipular a miles de legisladores de Morena y sus aliados. López Obrador es el gran legislador del país, aunque sea por unas semanas, pero eso le bastó para destruir al Poder Judicial”, agregó.

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