Casi tres semanas después de haber iniciado la Jornada Nacional de Sana Distancia contra el Covid-19, autoridades federales y organizaciones sociales han reportado un aumento en la violencia contra la mujer.

La Secretaría de Gobernación (Segob) identificó que las llamadas de emergencia incrementaron entre 30% y 100% en el país. Nuevo León, Guerrero, Michoacán, Chiapas y Chihuahua son algunas de las entidades en las que se ha detectado el repunte.

Aunado a esta situación, la Red Nacional de Refugios (RNR) reportó un crecimiento de más de 50% en las orientaciones que brinda a víctimas, así como más llamadas de familiares, vecinas o amigas que consideran que alguna compañera se encuentra en riesgo.

Será hasta el 25 de abril cuando el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) publique su informe mensual de agresiones contra ellas; sin embargo, algunas especialistas no dudan que las estadísticas podrían mostrar un repunte.

Alicia Leal Puerta, directora general de la estrategia Puerta Violeta, aseveró que desde Gobernación han dialogado con autoridades estatales y así han detectado el aumento de casos.

La especialista explicó que la mayor parte de las llamadas se resuelven con una orientación legal, aunque también hay reportes de agresiones físicas y mujeres que demuestran miedo.

“En este momento las familias se guardan y la violencia incrementa en los hogares donde ya había, porque hay más convivencia familiar, pero forzada y sin poder salir”, señaló.

La funcionaria reconoció que la violencia de género es una “pandemia” que ha estado vigente desde hace años. Por ahora, la Secretaría de Salud calificó como esencial el funcionamiento de los refugios y centros de atención para mujeres víctimas de agresiones y sus hijos, con lo que se planea atender el problema.

“Nos falta mucho por hacer, si no ya tendríamos controlada esta pandemia. El esfuerzo del gobierno para esta estrategia de protección integral es lo que nos va a dar la capacidad de mejorar los servicios ya instalados”, afirmó Alicia Leal.

Por último, la especialista explicó qué factores podrían detonar más actos violentos: “El estrés, la ansiedad o la pérdida de empleo, en algunos casos, generan presión y tensión en las familias, especialmente en las que ya hay agresiones”.

Wendy Figueroa, directora de la RNR y defensora de los derechos de las mujeres, ha insistido en que se deben tomar medidas urgentes para cuidar al sector mientras dure la contingencia.

Sin embargo, aunque los refugios fueron catalogados esenciales, no han recibido los recursos que ya se les habían asignado en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020 (PEF).

“Desde que surgió la pandemia, los refugios y centros externos empezaron a implementar acciones: se compró material para sanitizar y desinfectar, cubrebocas, alimentos balanceados, pero todo con dinero propio, con donaciones de particulares y empresas”, lamentó Wendy Figueroa.

A inicios de la semana pasada la Secretaría de Bienestar y el Instituto Nacional de Desarrollo Social publicaron en el Diario Oficial de la Federación los lineamientos para que los refugios, administrados en su mayoría por organizaciones sociales, puedan acceder al dinero del PEF; no obstante, quienes dirigen estos espacios han advertido que la violencia no espera y miles podrían ser vulnerables.

“Llegar a la fase 3 del Covid-19 implicaría que muchas actividades se van a suspender, pero los refugios deben proveerse de alimentos o medicamentos y no hay presupuesto para eso”, dijo Wendy Figueroa.

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