Laura vio en Facebook un ritual de amor para Año Nuevo. Era sencillo: el 31 de diciembre tenía que ponerse bajo la mesa y, según la creencia, iba a conseguir pareja ese año. La publicación estaba acompañada de decenas de comentarios que daban fe de su efectividad, aunque, en otros, se mofaban.

Guiada por la ilusión y sus dos años de soltería , Laura, de 33 años, siguió al pie de la letra aquella cábala, pero en todo ese año no conoció a nadie y el confinamiento por la pandemia de covid-19 borró toda posibilidad de que tuviera alguna cita .

La emergencia sanitaria también arruinó los planes de Jorge, de 25 años. Desde hace un año instaló Tinder y Bumble. En ambas conoció a gente, pero el trato no trascendió. Y, cuando al fin comenzaba a sentir afinidad con alguien, el semáforo rojo se extendió y la postergación de un encuentro con su prospecto enfrió la conversación. Nada se concretó.

El temor a un virus que expuso la fragilidad humana, el distanciamiento social, los mensajes de apoyo y solidaridad replicados en y medios de comunicación, el confinamiento o el pasar más tiempo frente a una pantalla supondrían un cambio en la manera en que nos relacionamos afectivamente y, tal vez, generarían lazos más estables y profundos.

Pero eso solo es una idea romántica que, lo más probable, es que no suceda, prevé Ricardo Trujillo, académico de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Lo que más nos urge en esta pandemia no es curarnos, estar más a gusto o tener más sentido comunitario, sino regresar a las actividades superfluas de consumo”, declara.

Vínculos amorosos continuarán siendo de contacto superfluo tras pandemia
Vínculos amorosos continuarán siendo de contacto superfluo tras pandemia

El especialista estima que los vínculos amorosos continuarán siendo de contacto superfluo y no habrá cambios cualitativos en ellos porque están determinados por la estructura social de consumo que demanda novedad y movilidad y que, durante la contingencia, se ha mantenido intacta.

“Como dice Pablo Fernández Christlieb, los amantes , a la segunda mirada, ya se aburrieron. Necesitamos y demandamos novedad. Si la pareja no te la da, te aburre”, dice Trujillo. Y destaca que los vínculos endebles que la cultura demanda vienen desde mucho antes de que comenzara la explosión del Internet, desde los sesenta y setenta, partiendo del fastidio por la contemplación, la espera y la tranquilidad, y motivados por la búsqueda de algo nuevo.

Incluso, cita la obra del sociólogo Zygmunt Bauman, Amor líquido , en la cual enamorarse y desenamorarse se plantean como un estado transitorio. “El problema es que el exceso de velocidad en esta sociedad construyó un exceso de ‘ relaciones de conexión’. Como los enchufes, te conectas fácilmente a uno y, luego, te desconectas. Y así, sucesivamente, en un universo de redes donde hay enchufes por todos lados. No hay tiempo de profundizar”, enfatiza.


¿Soluciones en la red?

Basta con escribir en un buscador web “conseguir pareja en pandemia”. A más de un año que el SARS-CoV-2 azotó al mundo, son casi ocho millones de resultados en los que se muestran publicaciones que dan consejos sobre cómo tener éxito en el amor durante la contingencia sanitaria.

Sin embargo, las restricciones sociales y la crisis sanitaria y económica no llegaron a las . Match Group, que posee el 60% del mercado (incluido Tinder ), reportó a escala internacional un aumento de 15% de usuarios nuevos a inicios de la pandemia, y su crecimiento se mantuvo estable hasta finales de 2020. Sus acciones se dispararon 65%, algo histórico para la empresa estadounidense.

Vínculos amorosos continuarán siendo de contacto superfluo tras pandemia
Vínculos amorosos continuarán siendo de contacto superfluo tras pandemia
Istockphoto

Cuando el distanciamiento social imposibilitó que los usuarios tuvieran encuentros reales, varias apps de citas activaron la función de ; entre ellas Tinder , la más descargada en el mundo. Según los reportes más recientes del grupo que posee 45 apps de citas , disponibles en más de 40 idiomas en 190 naciones, 63% de los usuarios solteros pasaron más tiempo interactuando con posibles parejas , y uno de cada cinco tuvo videocitas en la pandemia.

Internet está cambiando profundamente la dinámica de los encuentros, considera la doctora Gina Potarca, investigadora del Instituto de Demografía y Socioeconomía en la Universidad de Ginebra, quien lideró un estudio que muestra que las parejas que se conocieron por este medio fueron más proclives a tener relaciones duraderas que aquellas que lo hicieron de manera presencial.

Para la investigadora, dicho estudio, que se aplicó a tres mil 325 individuos mayores de 18 años, podría tomarse como referencia de que las relaciones a través de las aplicaciones no atentan contra la calidad y profundidad de éstas, en especial en tiempos en que el distanciamiento social continuará vigente.

Por otro lado, el científico y sociólogo Nicholas A. Christakis, en su libro La Flecha de Apolo: el impacto profundo y duradero del coronavirus en la forma en que vivimos , vaticina que, para 2024, persistirán las secuelas sociales, normativas, tecnológicas y económicas.

Vínculos amorosos continuarán siendo de contacto superfluo tras pandemia
Vínculos amorosos continuarán siendo de contacto superfluo tras pandemia
Jorge Alvarado/EL UNIVERSAL

Basado en la peste negra de 1348 y en la gripe española de 1918, pronostica que habrá una detonación de consumismo tras la pandemia, derivado de la época de austeridad y, con ello, habrá mayor asistencia a eventos deportivos, mítines políticos y conciertos, así como una búsqueda de goce y excesos. Para entonces, el deseo de una relación estable seguirá siendo una constante.

Laura y Jorge temen lo mismo: no conocer a nadie y que los meses siguientes se prolongue su soltería . El problema es evidente para el maestro Trujillo y se refleja en la cantidad de publicaciones que fungen como consultores sobre el amor . “Si inviertes el mensaje de esos libros, es claro: estamos y ”.

El amor , entonces, es un evento inédito porque debes encontrar alguien que soporte la lentitud, la contemplación y la espera. Eso solo lo pueden hacer las personas con afectividad profunda. No es sencillo, pero es posible, afirma el psicólogo, quien lo halló a casi 11 mil kilómetros de México, en Rusia.