Señor Director:El día 27 de abril apareció, en la versión digital de EL UNIVERSAL, una columna del Sr. Mario Maldonado con una serie de infundios grotescos y falsas aseveraciones sobre gastos personales y actividades del cargo que ocupo, mismas que carecen de todo fundamento y tienen la clarísima intención de desprestigiar la figura de la Rectoría y confundir a la sociedad con propósitos que son difíciles de ocultar en momentos como los que vivimos.
Rechazo de manera rotunda el contenido de dicha columna y me indigna el tipo de periodismo que este señor practicó, por lo siguiente:
Ingresa con artimañas, subrepticiamente y sin autorización alguna a mis cuentas personales.
Falsea datos y crece intencionalmente y en forma exponencial mis gastos familiares e insinúa con ello un ingreso elevado e inexplicable.
Con esto, pone en peligro tanto la seguridad de mi familia como mi seguridad personal.
Mis ingresos personales pueden ser verificados por la Unidad de Inteligencia Financiera, pues es facultad de ésta.
Mis viajes, su costo y la periodicidad de ellos, pueden ser solicitados a la Unidad de Transparencia de la UNAM. Es evidente que lo que el Sr. Maldonado concluye en relación a mis salidas, no solo es inverosímil, sino fuera de toda probabilidad.
Ante este conjunto de falsedades que lacera mi prestigio y amenaza a mi familia, me reservo el derecho de demandar penalmente al Sr. Mario Humberto Maldonado Padilla, autor de estos infundios.
Le solicito publique esta carta de desmentido en el diario impreso y en la versión digital.
Atentamente
El rector Dr. Enrique Graue Wiechers
Respuesta del columnista:
Con respecto a la carta del rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, me permito aclarar que la información publicada en mi columna sí tiene fundamento y éste es un documento oficial de las autoridades financieras al que tuve acceso. Por considerarlo de interés periodístico y público, toda vez que se trata ni más ni menos que del rector de la principal universidad del país, cuyo presupuesto anual ronda los 50 mil millones de pesos, decidí publicarlo, sin entrar en detalles en temas personales, salvo los financieros.
Por otro lado, las investigaciones de las autoridades no se enfocan en ingresos, sino en operaciones dentro del sistema financiero realizadas por una sola persona; también sobre actividades como la compra de inmuebles, vehículos, moneda extranjera, joyas o viajes, entre otros.
La información que me hicieron llegar de forma anónima y cuya veracidad pude corroborar con fuentes oficiales no se encuentra en los portales de transparencia de la UNAM.
Una investigación de este tipo solo puede provenir de una autoridad, cuando una persona física o moral se encuentra bajo investigación. De esta forma, la información incluida en mi columna es sobre los gastos del rector (los que él confirma como sus “gastos familiares”), no sobre sus ingresos ni los de su familia.
Con respecto a la información de los vuelos internacionales que ha realizado el señor Enrique Graue Wiechers al extranjero durante el periodo que ha sido rector de la UNAM, son los que están registrados a su nombre y aparecen detallados en el documento al que tuve acceso.
Son todos los vuelos de carácter internacional a su nombre, no solo los viajes que él reporta para representar a la UNAM.
El rector Enrique Graue puede usar todas las palabras y adjetivos que considere oportunos para referirse a mi trabajo periodístico; también puede echar mano de todas las instancias de comunicación de la Universidad (a través de las cuales divulgó masivamente esta carta), e incluso puede usar todo el poder de la UNAM y sus contactos legales y en los ámbitos de procuración de justicia para amenazarme o tratar de intimidarme con meterme a la cárcel por mi trabajo, pero la publicación de esta información obedece estrictamente al ejercicio periodístico y al escrutinio que todos los funcionarios públicos deben de tener, más siendo un rector de una casa de estudios que ejerce un presunto público multimillonario.
Mario Maldonado
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