Especialistas en temas internacionales señalaron que las constantes reuniones del embajador Ken Salazar con el presidente Andrés Manuel López Obrador son porque éste ha asumido el protagonismo de la agenda bilateral, pese a que tendría que ser desarrollada por la Cancillería.
El analista Leonardo Curzio sostuvo que la cercanía entre el presidente López Obrador y el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, no tiene precedente, aunque también puede representar riesgos al tratar ambos acuerdos directos.
Explicó que en la segunda mitad de su administración López Obrador hizo un cambio en la atención a la política exterior y comenzó a manejarla de manera personal, mientras que al inicio del sexenio la delegó en el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. “El Presidente pasó de un hombre que delegaba la política exterior a un presidente que actúa casi como subsecretario de América del Norte, porque lo que está haciendo es atender al embajador o destrabando a nivel embajador todas las cuestiones cotidianas que van desde temas económicos, seguridad o grandes eventos”, expuso.
“El Presidente está para diseñar la gran política, no para estar viendo los asuntos de coyuntura, por más rasposos o ásperos que sean. Tienes una asimetría en el nivel que se relacionan”, apuntó Curzio.
Consideró que este manejo es acorde con su estilo personal; sin embargo, señaló que es inconveniente para los intereses mexicanos porque no hay una contención jerárquica en los acuerdos que puedan tomarse durante las reuniones entre ambos.
El internacionalista Alfredo Laborde expuso que la agenda con el gobierno de Estados Unidos la lleva directamente el titular del Ejecutivo, independientemente de contar con la Unidad para América del Norte en la Cancillería. Coincidió en que esta relación tiene el estilo tanto del presidente López Obrador como del embajador Ken Salazar, que prefieren resolver los problemas de manera directa.
“Si bien es cierto que la relación entre México y Estados Unidos se hacía a través de los canales formales, Departamento de Estado y Cancillería, hoy en día el protagonismo lo lleva el Presidente de la República”, apuntó.
Consideró que hay una buena relación en el sentido de que tienen la agenda abierta; sin embargo, aseguró que se corre el riesgo de presentar demasiados problemas en estas reuniones.
“Y eso va a contaminar los temas fundamentales de la propia agenda, en el sentido de que se va a saturar”, expuso.
Señaló que lo ideal sería que el trato fuera mediante la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), es decir, los canales establecidos para este fin, pero el Presidente ha decidido mantener el liderazgo en temas clave como combate al narcotráfico y migración.
En tanto, la especialista en temas internacionales Arlene Ramírez Uresti consideró que estas reuniones en Palacio Nacional representan un espacio de conversación en temas prioritarios como la seguridad, que atraviesa también la agenda electoral del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.