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En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, colectivos feministas, organizaciones de familiares de desaparecidos y víctimas de feminicidio realizaron este sábado una marcha que partió del Ángel de la Independencia al Zócalo de la Ciudad de México.
La movilización ocurrió de manera pacífica y sin incidentes. Miles de mujeres caminaron entre gritos, exigencias de justicia, banderas y carteles con leyendas como: “Varón aliado, te tenemos fichado” y “México feminista. Ni perdón ni olvido”.
“Estamos en una grave crisis de violencia contra las mujeres. Y existe el miedo porque no han disminuido todo tipo de violencia hacia las mujeres. No es posible que en México se contabilicen diariamente 11 feminicidios, a los que ya nos hemos acostumbrado”, dijo Lorena Martínez en una de las paradas que realizó uno de los contingentes sobre Paseo de la Reforma.
Al llegar a la plancha del Zócalo, decenas de mujeres colocaron sobre las vallas metálicas que cubrían Palacio Nacional —donde vive y despacha el presidente Andrés Manuel López Obrador— un memorial de siluetas de mujeres de color morado, algunas con la cara de víctimas de feminicidio o de desaparición.
Ahí estaban los nombres de Yaira Alondra Nieto, Ingrid Escamilla, Ariadna, Wendy, Paola, Laura y de muchas mujeres más que se convirtieron en estadísticas de la violencia contra en el país.
“Este símbolo es uno que desde décadas ha venido acompañando la justicia y la verdad, desde Ciudad Juárez. Son símbolos de resistencia para que no se olvide, para que no se repitan hechos violatorios a la integridad y a la vida de las mujeres”, señaló María de la Luz Estrada, directora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.
En el Zócalo, algunas madres y familiares de las víctimas dieron su testimonio sobre cómo les fueron arrebatadas las vidas a sus hijas.
Ahí estaba Maricruz Velazco, madre de Karla Gómez, quien fue asesinada hace poco más de cinco años en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
“Me uno al dolor y para que sepa el Presidente que no somos poquitas las madres que estamos pidiendo justicia por nuestras hijas, somos madres de víctimas de feminicidio que estamos luchando para que se nos haga justicia”, dijo y narró que su hija “fue violada, golpeada y tirada a la calle para que le pasara un carro encima. El Estado me quiere decir que fue un accidente”.
También estaba Mercedes Rangel, madre de Monserrat Mejía, “víctima de feminicidio agravado porque estaba embarazada”. Monse fue agredida en Ecatepec, Estado de México, el 17 de febrero de 2021.
“Falleció el 20 de ese mes y año por traumatismo craneoencefálico y por múltiples golpes en el cuerpo. Queremos que al feminicida se le dicte una sentencia vitalicia porque no nada más fue Mon, fue su bebé, fue su familia”, expresó.
Otro caso fue el de Patricia Becerril Gómez, cuya hija, que estaba realizando su especialidad médica en Puebla, fue encontrada muerta hace más de cinco años en el departamento que compartía.
“Ante una mujer desaparecida, una mujer violada, golpeada o desfigurada por ácido, ante la indiferencia y la discriminación, hoy te pido lucha por nosotras, no sigas siendo rostro de indiferencia, del que juzga sin conocer. Nunca más, ni una menos”, exclamó María Patricia, quien pidió que las familias de víctimas no sean utilizadas electoralmente.