De diciembre de 2018 a la fecha, es decir, en lo que va del presente sexenio, se han registrado al menos 61 masacres de jóvenes y en algunos casos menores de edad como víctimas principales en 19 estados del país, de acuerdo con un conteo realizado por EL UNIVERSAL.
Esta cifra, sin embargo, podría ser mucho más alta, pues las autoridades no siempre informan la edad de personas asesinadas.
En otros casos, los jóvenes simplemente desaparecen, como ocurrió el pasado 11 de agosto en Lagos de Moreno cuando cinco amigos salieron a una fiesta y no volvieron. Aunque se presume su muerte por un video difundido en redes sociales, a la fecha los cuerpos no han sido encontrados. Ellos pertenecen a otro registro, el de los desaparecidos, donde hay miles de nombres.
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Según la organización civil Causa en Común (CC), que dirige María Elena Morera, una masacre es el asesinato de tres personas o más en un hecho violento. La organización detectó que a lo largo de este sexenio se han registrado, al menos, 2 mil 130 masacres.
De enero al 16 de diciembre pasado se contabilizaron 427 en los medios de comunicación.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señalan que durante 2022 fueron asesinadas en el país 33 mil 287 personas, de las cuales 29% (11 mil 445) eran jóvenes de 15 a 29 años de edad.
LeBarón
Uno de los primeros casos ocurrió el 4 de noviembre de 2019, cuando tres mujeres jóvenes y 14 de sus hijos, integrantes de las familias LeBarón, fueron emboscadas en Bavispe, Sonora. El ataque dejó nueve muertos, las tres mujeres y seis niños; otros seis menores resultaron heridos.
Los estados más violentos
La entidad con más asesinatos múltiples con jóvenes como víctimas es Guanajuato, donde se cuentan al menos 21 casos en los que hay certeza de la edad de las víctimas.
Entre ellos se cuentan los dos más recientes que han tenido resonancia nacional: el asesinato de seis jóvenes en Celaya, cinco de ellos estudiantes de medicina, el pasado 4 de diciembre, y la matanza ocurrida el pasado 16 de diciembre durante una posada en Salvatierra que dejó 11 muertos, el menor de 16 años.
La masacre con mayor número de víctimas ocurrió también en esta entidad. El 1 de junio de 2021, en el municipio de Irapuato, 27 jóvenes que estaban en el centro de rehabilitación —también conocido como anexo— Recuperando Mi Vida, fueron asesinados por un grupo de hombres armados que ingresó al lugar y los obligó a tirarse al suelo. Se trata también de la masacre con más víctimas fatales en la historia de Guanajuato y en lo que va del sexenio en todo el país.
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Pero no son los únicos casos. El 6 de junio de 2022, en Salamanca cinco estudiantes de bachillerato de 16 y 17 años murieron acribillados tras de salir de clases en la comunidad de Barrón.
También se registran cinco casos en los que hombres armados atacaron bares, centros botaneros y billares en los municipios de Celaya, Apaseo El Alto, Tarimoro e Irapuato, que dejaron entre nueve y 12 muertos cada uno, con hombres y mujeres jóvenes como víctimas.
Zacatecas es la segunda entidad con más masacres cometidas contra jóvenes, con nueve. Tan sólo en 2022 cuatro casos tuvieron difusión nacional: el 6 de enero de ese año, junto al árbol de Navidad de la Plaza de Armas, en el centro de Zacatecas, se encontraron los cuerpos de 10 personas dentro de una camioneta. Las edades de las víctimas eran de entre 20 y 29 años.
El 12 de febrero de ese año cinco estudiantes universitarios fueron levantados y posteriormente encontrados sin vida, lo que generó protestas de la población.
En noviembre, cinco jóvenes que jugaban futbol rápido en una cancha de Guadalupe fueron asesinados por hombres armados.
El caso más mediático fue la desaparición de tres jóvenes mujeres y el novio de una de ellas, ocurrido el 25 de diciembre de 2022. Eran dos hermanas, una prima y el novio de una de las chicas, originarios de Colotlán, Jalisco. Habían ido a celebrar la navidad a Jerez, Zacatecas, y desaparecieron de regreso a su casa. Casi un mes después, debido a la presión en redes sociales, las autoridades encontraron los cuerpos en una fosa.
En Michoacán y Jalisco hay al menos cuatro casos de homicidios múltiples con jóvenes; sin embargo, en ambas entidades es alto el número de personas desaparecidas.
En Jalisco destaca el llamado “caso del call center”. Entre el 20 y el 22 de mayo de 2023 desaparecieron ocho jóvenes en diferentes puntos de Guadalajara; todos tenían en común que trabajaban en un centro telefónico de Zapopan. El 31 de mayo fueron localizados los cuerpos mutilados de los ocho en una barranca de la colonia Mirador Escondido, en Zapopan.
Otro caso relevante en la entidad ocurrió el 7 de mayo de 2021, cuando los hermanos Ana Karen, Luis Ángel y José Alberto González Moreno fueron sacados de su casa, en la colonia San Andrés, en Guadalajara, por hombres armados.
Dos días después sus cuerpos fueron localizados junto a una lona con amenazas para las autoridades estatales. La Fiscalía de Jalisco determinó que los criminales los habían confundido.
Guerrero, Sonora e Hidalgo son estados que cuentan tres casos cada uno; Tamaulipas y Chihuahua, dos, y Aguascalientes, Baja California, Morelos, Nuevo León, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa y Veracruz cuentan uno cada uno, pero en la mayoría de estos estados las autoridades no siempre dan a conocer las edades de las víctimas.
Falta de voluntad
Expertos en seguridad aseguran que por la impunidad y la falta de voluntad política para acabar de raíz con los grupos criminales que operan en el país en los próximos días y meses continuarán las masacres en todo el territorio nacional, principalmente de jóvenes entre 15 y 29 años de edad.
Consultado por EL UNIVERSAL, Miguel Garza, director ejecutivo del Instituto para la Seguridad y la Democracia (Insyde), expone que los jóvenes son víctimas de masacres o de homicidios dolosos al colocarse en situaciones de riesgo.
“Desafortunadamente, los datos colocan a las personas jóvenes entre los 15 y los 29 años de edad con la mayor posibilidad de morir en estos momentos en el país. Eso se debe a diferentes factores, como, por ejemplo, se colocan en mayor situación de vulnerabilidad o de riesgo, al salir en la noche con amigos o acudir a una fiesta, que deberían de ser conductas que no tendrían por qué poner en riesgo la vida de alguien, pero lamentablemente es lo que está sucediendo actualmente”, dice.
Garza sostiene que la impunidad que impera en territorio nacional, que va más allá del 95%, permite a los grupos criminales cometer toda clase de delitos.
“Hay tal nivel de impunidad, que los grupos criminales se saben libres de portar armas, dispararlas y retirarse como si no hubiera alguna consecuencia por cometer ese grave delito. La verdad es que el nivel de impunidad en todo el país no disuade el sistema de justicia penal en este momento para que alguien no incurra en algún tipo de delito. Quien lo comete tiene la certeza de que existen pocas posibilidades de que sea sancionado”, dice.
Luis Carlos Sánchez, investigador de CC, destaca que los jóvenes no sólo son víctimas de masacres, sino que se está estigmatizando a las juventudes desde un discurso político en el que todas estas personas que son asesinadas parecería que merecen ser ajusticiadas.
“Desde el discurso presidencial se ha generado una narrativa de que por ser jóvenes estaban en malos pasos, es decir, se revictimiza antes de realizarse una investigación”, afirma.
Comenta que el mensaje implícito de las masacres que han ocurrido es el de la impunidad que se da desde los tres órganos de gobierno.
“En este país resulta muy atractivo asesinar a personas cuando sabes que no te van a detener. De cada 100 delitos que se cometen en el país 92 no se denuncian. Y de esos siete que se denuncian, uno o dos se integrarán en una carpeta de investigación y uno es enjuiciado. Esto es, 1% de los asesinatos y crímenes que suceden en este país consiguen justicia”.
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Sánchez aclara que en la actualidad la impunidad es la constante en territorio nacional. “La falta de gobernanza y de justicia en muchas regiones del país, combinada con una debilidad institucional, ha generado que los criminales emprendan acciones de poder y delinquir impunemente porque no hay una autoridad que les haga frente”.
Consultor en programas de gobierno y experto en temas de seguridad, David Saucedo asegura que las masacres seguirán siendo una constante en México porque, argumenta, el patrón que se ha mantenido durante los últimos meses permite suponer que seguirán este tipo de homicidios.
“Es decir, ataques a la población civil en el marco de una confrontación entre los distintos grupos del narcotráfico por la pelea de los puntos de venta de drogas, las rutas de transporte de enervantes hacia los Estados Unidos; grupos criminales que están participando en procesos electorales. En muchos estados, hay peleas por candidaturas”, refiere.