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Con más de 600 conversaciones de WhatsApp y otros datos de prueba, la Fiscalía General de la República (FGR) buscó imputar tráfico de influencias, asociación delictuosa, lavado de dinero y extorsión a cuatro abogados supuestamente vinculados a Julio Scherer, en agravio de Juan Collado.
Sin embargo, la audiencia que se celebraría ayer en el Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Norte, fue diferida por el juez José Rivas González para el 8 de marzo próximo, porque no todos los imputados tuvieron acceso a la carpeta de investigación.
Antes de que el juez diera a conocer su decisión, la FGR alcanzó a medir de manera preliminar sus fuerzas con los abogados Juan Antonio Araujo, César Omar González, Isaac Pérez y David Gómez Arnau y sus defensas, todos pertenecientes a algunos de los despachos con mayor prestigio en México.
Todos ellos fueron denunciados por Juan Collado, actualmente vinculado a proceso por delincuencia organizada y lavado de dinero, por supuestamente extorsionarlo para vender sus acciones en Caja Libertad y realizar otros pagos para supuestamente gestionar con Julio Scherer, exconsejero jurídico de la Presidencia, su salida de prisión.
Collado compareció en su calidad de víctima, acompañado de sus abogados, y aun en su calidad de interno se distinguió al estilizar su atuendo con un elegante saco de lana del mismo tono beige que el uniforme del reclusorio.
La denuncia que presentó en octubre pasado forma parte de las negociaciones que realiza su defensa con la FGR para acceder a un criterio de oportunidad.
En tanto, los abogados denunciados y sus defensores comparecieron por videoconferencia, lo que representó un primer encontronazo con el fiscal Manuel Granados Quiroz, quien solicitó al juez la presencia física de todos.
“Estamos ante un elevado riesgo de sustracción, estamos ante la posibilidad de que las medidas cautelares sean privativas de la libertad y que ellos decidan sustraerse de la justicia”, dijo Granados Quiroz. Y agregó: “Estaremos solicitando penas de más de 40 años de prisión”.
Fue el primer round entre los titanes del derecho que en los próximos días se enfrentarán de nuevo. El juez remató: “Esta toga ni se vende, ni se intimida, abogados”.
