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Escurrimientos de agua, crecimiento de hierba en la azotea, afectaciones a las pinturas y la restauración de La Esperanza —escultura que cayó tras el sismo de 2017— son algunos de los daños que tiene la Catedral Metropolitana, los cuales requieren de reparación “urgente”, afirmó José de Jesús Aguilar Valdés, director de la Comisión de Arte Sacro de la Arquidiócesis de México.
En entrevista con EL UNIVERSAL, comentó que envió una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador para pedir su intervención, a fin de que se agilicen los trabajos de este inmueble histórico.
En esa misiva, detalló, le expuso la situación por la que atraviesa la Catedral Metropolitana y los arreglos que requiere, pero aún no ha recibido respuesta.
“Cuando hablamos con la Secretaría de Cultura y con la Subdirección de Sitios y Monumentos nos dicen que no hay presupuesto. Se tienen que catalogar todos los bienes de forma pormenorizada, eso se detuvo de tal manera que no sólo es la parte material, sino también la que es de estudio. No existe un proyecto ni un diagnóstico de restauración, eso es muy delicado”, apuntó.
El presbítero explicó que los enladrillados de las cubiertas y bóvedas de la catedral están desprendidos de su base, “lo que favorece la filtración de agua de lluvia a través de las grietas que no se tienen ubicadas, sólo se sabe de ellas por los escurrimientos de agua, no son goteras”.
Destacó que los pilotes de este recinto, así como del sagrario y de la Capilla de Ánimas, no han tenido mantenimiento en los últimos 25 años, por lo que los hundimientos comienzan a manifestarse en las deformaciones de los pavimentos del atrio poniente y sur.
El director de la Comisión de Arte Sacro del Arzobispado indicó que los sistemas de seguridad para la detección de humo y los equipos contra incendio se encuentran obsoletos. Además, los pararrayos no funcionan, puesto que ya cumplieron su vida útil.
Aunado a estos desperfectos, se suman los daños causados por el sismo del 19 de septiembre de 2017: la cúpula central fue afectada, mientras que los contrafuertes —estructura que soporta el peso de la bóveda de los huecos sobre la cúpula mediante los cuales entra luz y ventilación— están desprendidos. Los barandales y balaustradas de cantera están amarrados.
También falta que se repare y se recoloque la escultura La Esperanza, de Manuel Tolsá, para lo cual se ha hecho un presupuesto de 3 millones de pesos.
“No sólo se trata de las esculturas que son las más visibles, sino de algo que no es tan visible como toda la flora que está en la azotea. La catedral parece un invernadero lleno de plantas; lamentablemente meten sus raíces y abren grietas que ocasionan que se meta el agua.
“Por otra parte, las torres de Catedral siguen con andamios; no se pudieron tocar las campanas el día del Grito y se tuvo que poner una grabación, porque están todavía sin ninguna restauración”, señaló Aguilar Valdés.
Confió en que el Presidente atienda la petición que hizo en la carta enviada, con el fin de comenzar las reparaciones lo más pronto posible.