El Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMG), organismo descentralizado de la Secretaría de Salud, tendrá los primeros dos ultracongeladores para criopreservación de vacunas como la de Pfizer que requieren ser almacenadas a temperaturas ultrafrías.
Mediante una solicitud para la aprobación de 636 mil 323 pesos a la Unidad de Inversión de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, el instituto adquirirá en los próximos días los dos ultracongeladores tipo vertical de 19.4 pies cúbicos que enfrían a -50/-86 grados centígrados para 400 cajas con puerta sólida Thermo Scientific, para los protocolos clínicos y programática para la vacunación contra SARS-Cov-2, las cuales técnicamente necesitan de la criopreservación para mantenerse almacenadas.
En los últimos cinco días han llegado al país 45 mil 900 vacunas de este tipo y se han aplicado entre el personal médico de la Ciudad de México, Estado de México, Querétaro y de Coahuila.
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Adriana Margarita Hernández Marquina, directora de Administración de la Secretaría de Salud, detalla que, ante la urgencia de realizar pruebas del nuevo coronavirus, el INMG ha realizado una labor importante en la determinación molecular de la presencia de este virus en muestras biológicas, sentando precedente importante en su aporte al beneficio social del país en materia de salud pública.
Agrega que el capítulo al cual nos enfrentamos actualmente, sin dejar atrás el diagnóstico molecular, es el aporte institucional a los protocolos clínicos y programáticos para la vacunación, las cuales necesitan de criopreservación para mantenerse.
Los ultracongeladores tienen un costo unitario cada uno de 318 mil 161.32 pesos, para un gasto total de 636 mil 322.64 pesos.
La funcionaria sostiene que el instituto planea y dirige las actividades de investigación científica en medicina genómica y áreas afines, a través del desarrollo de investigación básica, clínica, médica y de genómica poblacional, de la participación en la formación de recursos humanos y de la vinculación con otras instituciones similares tanto en México como en el extranjero, con la finalidad de contribuir al avance del conocimiento científico, del desarrollo tecnológico y del diagnóstico molecular, en beneficio de la salud de los mexicanos.
Recordó que, de acuerdo con la Ley General de Protección Civil en su artículo 73, en caso de riesgo inminente sin perjuicio de la emisión de una declaratoria de emergencia o desastre natural (…) las dependencias y entidades de la administración pública federal, de las entidades federativas, de los municipios y de las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México ejecutarán las medidas de seguridad que les compete, a fin de proteger la vida de la población y sus bienes, la planta productiva y su entorno, para garantizar el funcionamiento de los servicios esenciales.
Por ello, pide proceder al registro, en la Cartera de Inversión que integra Salud con clave 2012NCH0002, la solicitud de recursos. La adquisición pretenden realizarla este mismo mes.
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La vacuna de Pfizer, según el propio laboratorio, necesita ser conservada a unos -70° C.
Esta temperatura se equipara a algunas de las más bajas registradas en la Antártida y es mucho menor que la que cualquier congelador común puede ofrecer, lo cual significa un reto para el almacenamiento y distribución de las vacunas, especialmente en áreas remotas y países que no disponen de esta tecnología.
Como parte del esquema de distribución se transportan por aire y tierra, y se almacenan en instalaciones de distribución para luego ser llevadas a centros de salud locales como clínicas, farmacias, hospitales y cualquier lugar donde se administren.
Estos últimos puntos del eslabón suponen otro de los grandes retos, ya que muchos centros de atención primaria comunes no cuentan con la tecnología necesaria para mantener la vacuna durante mucho tiempo.