Contrario al discurso con el que el presidente Andrés Manuel López Obrador creó las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García de dar oportunidad a jóvenes rechazados de culminar sus estudios, a partir de 2023 alumnos con licenciatura trunca o terminada han sido notificados que fueron dados de baja, según denuncian, injustamente.
Más de 200 alumnos de las sedes en Calakmul, en Campeche; Coatzacoalcos, en Veracruz; Francisco I. Madero y Tizayuca, en Hidalgo; así como Juchitepec, en el Estado de México, viven en la incertidumbre porque el proyecto que les dio la esperanza de continuar con sus estudios ahora les está cerrando las puertas, al ser expulsados con el argumento de que tienen estudios previos inconclusos o terminados.
En 2018, la directora general del Organismo Coordinador de las Universidades para el Bienestar, Raquel Sosa Elízaga, dijo que cerca de 300 mil jóvenes no podían acceder a las universidades públicas, ni privadas, y que esa era una de las principales razones de echar a andar el proyecto del Presidente. Sin embargo, seis años después cambió de opinión.
En 2022, el reglamento estudiantil se modificó, para negar la inscripción a los alumnos que ya habían iniciado o llevado a cabo estudios universitarios anteriormente, aunque este condicionamiento no fue público hasta noviembre de 2023, denunciaron los estudiantes afectados.
Alejandro era alumno regular de la licenciatura de Medicina Integral y Salud Comunitaria en la sede de Juchitepec, pero fue señalado por su coordinación por tener estudios previos, lo que impedía que siguiera inscrito en la universidad. Sin embargo, Alejandro denuncia que fue injusto porque eso no era parte de los filtros cuando se inscribió en 2022.
Hace siete años, Alejandro tuvo que dejar la carrera de Ingeniería en Sistemas en Ixtapaluca porque el temblor de 2017 afectó su casa y la economía familiar; abandonó sus estudios para trabajar y apoyar en su hogar. El proyecto del gobierno federal le había devuelto la oportunidad que tanto esperaba para formarse profesionalmente.
Su coordinador, quien se identificó como Javier Contreras Moctezuma, declaró en entrevista con EL UNIVERSAL que de 200 alumnos inscritos en la sede de Juchitepec, siete, incluido Alejandro, están en este proceso, en el que se revisan los casos que presentan baja en la plataforma.
También de Juchitepec, Jacinta, de 48 años, estudiante de Medicina Integral y Salud Comunitaria, denuncia sentirse discriminada al ser expulsada de la Universidad para el Bienestar. Todavía acude a clases porque no se le ha negado el acceso, pero carece de información clara sobre su situación.
En la sede de Coatzacoalcos, María José, de 36 años, exalumna de la Ingeniería Química en Desarrollo de la Industria Petrolera no tuvo el mismo trato por parte de su coordinación, porque en cuanto se le informó que fue dada de baja del sistema, al igual que a otros 30 compañeros, les recogieron su credencial y se les negó la entrada al plantel.
“Si nosotros llegamos a manifestarnos era para llamar la atención del Presidente, porque sabemos que esto no es lo que él quiere para los jóvenes y adultos de México”, expresó en videollamada.
Aunque María José dejó de estudiar desde hace 15 años, sus hijos la impulsaron a volver a las aulas, pero seis meses después de haber entrado a la universidad, los maestros hicieron un sondeo de quienes tenían carrera trunca sin que dieran más información sobre el reglamento y cómo se aplicaría para los alumnos inscritos. Tiempo después los jóvenes que hablaron con la verdad fueron expulsados.
Lee también: Recuerdan en la Suprema Corte desafuero de AMLO en 2005
Lo mismo pasó en la sede Calak- mul en Campeche, donde William, de 28 años, estudió dos ciclos de la licenciatura de Medicina Integral y Salud Comunitaria. A él y otros 17 alumnos de su generación que reconocieron tener carrera trunca o terminada en un cuestionario de sus profesores fueron dados de baja de la plataforma de becas. No obstante, denuncia que es una arbitrariedad, pues cuando se inscribió, en su carta de motivos expresó la verdad y entonces no era un impedimento para el registro.
“No creo que el dicho de no mentir, no robar, no traicionar esté muy apegado a lo que está haciendo la doctora Raquel Sosa, nosotros vamos a seguir peleando por nuestro derecho a la educación, porque es constitucional y nos compete”, expresó en videollamada.
Algunos alumnos lograron ampararse para no perder los ciclos cursados en la carrera que tanto soñaban estudiar. Tal es el caso de Ángel en Tizayuca, quien tras no quedar en Medicina en otras instituciones, entró a una nueva carrera, pero dejó todo para ir a la Universidad para el Bienestar.