Más Información
Morena y aliados avalan en lo general extinción de Inai y otros 6 órganos autónomos; reservas serán votadas mañana
¿Hasta dónde puede atacar Ucrania con los misiles ATACMS? Mira en este interactivo los posibles blancos
Campeón nacional de boliche desaparece en Hermosillo, Sonora; padece diabetes y su cuerpo necesita insulina
VIDEO Nuevo incidente en Metro de CDMX: sujeto sube al techo de un convoy en estación Guelatao de la Línea A; fue detenido
Guerra en Ucrania EN VIVO; escala tensión y aliados cierran embajadas en Kiev, sigue el Minuto a Minuto
Ariadna Chávez nunca se sintió tan sola como cuando falleció su papá, don Ernesto, a causa de posible Covid-19. Recuerda que al dolor por la pérdida de su padre siguió la culpa, la frustración, el enojo e incluso el abandono familiar y de personas cercanas.
Son sentimientos que no han desaparecido del todo, admite, pero los ha superado poco a poco al compartir su experiencia con otras personas en una página de Facebook que ella creó y lleva el nombre de “Pérdidas y duelo por Covid-19” (grupo de apoyo).
“La pasamos muy solos, mucha gente que creíamos que iba a venir no se apareció ni siquiera en palabras, ni en un mensaje, y personas que ni siquiera pensábamos sí estaban aquí. La familia de mi papá, sus hermanas, no vinieron a despedirlo y son cosas que a mí se me hicieron muy fuertes, muy tristes”, dice Ariadna.
Como muchos mexicanos, la joven no pudo despedir a su padre en un velatorio y ni siquiera lo vio después de fallecer.
El 2 de junio de 2020, el señor Ernesto Chávez falleció en el Hospital General de Zona 194 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Naucalpan. El deceso de este hombre de 66 años, originario de Iguala, Guerrero, tomó por sorpresa a su familia.
El acta de defunción de Ernesto advierte que su muerte se dio por una neumonía atípica, probable por Covid-19. La enfermedad nunca se confirmó porque el IMSS tardó más en obtener los resultados de la prueba PCR que la víctima en dar su último aliento.
De cualquier forma, la etiqueta de “probable coronavirus” hizo que la familia de Ariadna se quedara sola. La joven asegura que algunos vecinos la veían raro, la discriminaban e intentaban acercarse lo menos posible.
Aunado a esto, tuvo que lidiar con diferentes sentimientos: “Alguien que no lo ha vivido no podría entender la frustración, la culpa, el sentido de injusticia que sentimos nosotros por haber pasado esto. Para mí, mi papá fue de los primeros en fallecer ante esta enfermedad, desconocíamos todo, los mismos doctores no sabían los tratamientos [para el Covid-19] y eso te llena de culpa, de mucha frustración que no hayas podido hacer más por tu familia”.
Facebook, una válvula de escape
Cada 20 de junio, en el Día del Padre, don Ernesto era colmado de regalos y la música de mariachi no paraba de sonar. Su familia lo rodeaba, lo abrazaba y le expresaba el amor que le tenían porque, a pesar de sólo haber estudiado la primaria, alimentó y vistió a cinco hijos con el oficio de electricista.
La cercanía entre el fallecimiento de su papá y aquella fecha especial provocó un vacío en Ariadna, quien buscaba respuestas a lo sucedido. Así fue como decidió crear “Pérdidas y duelo por Covid-19”, página en la que hoy conviven más de 2 mil 300 personas que a diario comparten sus experiencias, escriben poemas, piden recomendaciones para aliviar su dolor y dialogan entre ellas por chat.
“Al principio al grupo lo hacía funcionar sólo yo porque nadie publicaba nada, me puse a buscar películas para el duelo, frases de libros, poemas, pensamientos, ayuda gratuita de sicólogos y tanatólogos (...) pero después entre más se juntó la gente empezó a moverse el grupo solito”, señala.
Anabel de la Rosa Gómez, doctora en sicología e integrante del proyecto Duelo Covid (una plataforma digital donde se ayuda a las personas a superar la muerte de un familiar), explica cómo estos grupos de Facebook ayudan a suavizar el impacto de la muerte.
“El apoyo social siempre ayuda, no importa si es cercano o lejano, este tipo de ayudas en WhatsApp o Facebook son importantes para intentar sostenerte, a veces te sientes solo en el problema y si encuentras en otras personas una solución por supuesto que ayuda”, menciona.
De la Rosa Gómez explica que la imposibilidad de organizar reuniones para despedir a los difuntos, con el objetivo de conservar la sana distancia, ha afectado el duelo: “Desafortunadamente por la contingencia muchos de los rituales de acompañamiento de la persona que fallece y sus familiares se han interrumpido y con estos rituales se ha perdido el apoyo, esto hace que sea mucho más estresante, inclusive pudiera ser traumático, para quienes están viviendo esta pérdida”.
Y aunque calificó como positivo que la gente se reúna en Facebook para llevar su duelo, también consideró necesario que esto se combine con atención sicológica profesional, sobre todo para quienes llevan más de nueve meses sin superar su pérdida.
“Pensaba que mi papá iba a llegar”
Ariadna asegura que después de la muerte de su padre se sentía en una pesadilla y como “un zombie, caminaba por caminar”. La joven relata que una de las mayores afectaciones fue no volver a ver a su padre después de ingresar al hospital.
“No estaba asimilando lo que pasaba, en los días siguientes pensaba que mi papá iba a llegar y me iba a decir: ‘Esto no es así, yo estaba en el hospital y se equivocaron’. El hecho de que no te permitan verlos durante 12 días, por ejemplo, no permite a las personas cerrar el ciclo, te quedas como lo viste la última vez y no procesas que esto pasó”, dice Ariadna.
Al respecto, Carolina Santillán, sicóloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que la negación de la pérdida de un familiar por Covid-19 está relacionada con la imposibilidad de ver por última vez al ser querido.
“Mi cerebro funciona a partir de evidencia y a partir de la lógica, si tú sacas de la ecuación el elemento concreto de que ahí está el cuerpo (...) se impide un procesamiento adecuado y el cerebro va a estar buscando otras explicaciones (...) por eso es tan importante hacer un funeral”, comenta.
La especialista indica que, como lo ha hecho Ariadna con su página de Facebook, la gente ha utilizado sus redes sociales para transmitir en vivo algunos funerales. A su parecer, esto podría ayudar a cerrar ciclos y evitar que un duelo se convierta en depresión o incluso pensamientos suicidas en un caso extremo.
Al igual que De la Rosa, Santillán reconoce los beneficios de entablar un diálogo en redes sociales como parte del duelo.