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Desde su creación en 1994, la Cumbre de las Américas, uno de los mecanismos más importantes de integración del continente, no ha estado exenta de polémicas, encuentros y desencuentros entre los países del hemisferio.
La decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de no acudir a la novena edición programada en Los Ángeles si no se invita a Cuba, Venezuela y Nicaragua generó expectación sobre el encuentro a realizarse en junio próximo.
Representante de México ante la Organización de Estados Americanos (OEA) en el sexenio pasado, Emilio Rabasa Gamboa, recuerda que no es la primera vez que un país o grupo de países condicionan su asistencia a la Cumbre de las Américas si no se invita a la República de Cuba, ahora sin los Castro al frente.
Comparte que previo a la reunión de 2015 en la capital panameña, la Alianza Bolivariana para América (ALBA), un bloque integrado por Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador y Honduras, amenazó con no acudir a la VI Cumbre de las Américas si la representación cubana era excluida.
“Ahí no intervino México ni a favor ni en contra, nada más fue el ALBA. Panamá se acabó convenciendo de que debía invitar a Cuba, por lo que citó a Cuba y fue Cuba en la persona de Raúl Castro; incluso, coincidieron ahí en Panamá y tuvieron un breve encuentro bilateral Raúl Castro y Barack Obama. Castro en su intervención en la Cumbre habló elogiosamente de Obama y dijo que era un hombre honesto, yo estaba presente ahí”.
En la siguiente cumbre, realizada en Perú, detalla Gamboa Rabasa, no se invitó al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, debido a la exigencia de que liberara a presos políticos, decisión que tomó el país anfitrión y que fue apoyada por el Grupo de Lima, del que México es parte.
“Se invitaron a algunos dirigentes opositores venezolanos, entonces a esa cumbre no asiste Venezuela. Otro dato interesante: no asiste por primera vez en la historia de las cumbres, en lo que se estimó un desprecio hacia el hemisferio, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, no asiste por vez primera, le correspondía la de Perú y no acudió”.
Gamboa Rabasa explica que la invitación a la Cumbre de las Américas corre a cargo del país anfitrión, en este caso Estados Unidos, que es el único que tiene la atribución para hacerlo y no la Organización de los Estados Americanos (OEA).
El diplomático detalla que la Cumbre de las Américas es un magno evento que engloba jefes de Estado y de gobierno, organismos internacionales, organizaciones de la sociedad civil, sindicatos, iniciativa privada y pueblos indígenas.
“Se creó en 1994, no es tan antiguo este mecanismo como la OEA, que surgió a mediados del siglo pasado en el Pacto de San José. Esta es de más reciente creación en la primera cumbre que se celebró en Miami, con fines diplomáticos y comerciales de interés colectivo a los países miembros del hemisferio”.
Rabasa Gamboa, quien actualmente es integrante en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, detalla que el Grupo de Revisión de la Implementación de Cumbres tiene a su cargo el proceso de organización de las reuniones continentales, está compuesto por funcionarios de países del hemisferio, “y lo preside el país anfitrión”, asegura.