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POR Gustavo Santillana
“La mayor riqueza es la salud”
Ralph Waldo Emerson
Ahora desaparecerá el INSABI…
La salud y su protección son temas que se debaten constantemente en México. Durante décadas nuestro país ha tratado de encontrar un modelo y sistema para la atención de la salud de las personas; lo han intentado distintos gobiernos, diferentes ideologías y partidos políticos, con resultados muy pobres. La asignatura pendiente sigue siendo garantizar un acceso universal a servicios de salud para la población sin cobertura de seguridad social. No se ha resuelto de forma eficiente su terrible rezago. Este artículo tiene como objetivo analizar este tema.
El 15 de marzo de 2022, marcó una nueva etapa relevante, para la protección de la salud y la prestación de servicios públicos en México. Se inició una estrategia más en la "transformación" de la atención médica dirigida a personas que no están afiliadas a alguna institución pública de salud. En este contexto, el Director General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) presentó un programa para prestar servicios de salud a la población que no tiene seguridad social en los estados de la República. Este programa se denominó Modelo de atención integral a la salud IMSS-Bienestar.
El Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) pasará a la historia, ya que la Cámara de Diputados aprobó una Reforma a la Ley General de Salud, derogando las disposiciones legales que crearon al INSABI (Al momento de escribir estas líneas el tema se encuentra en revisión de la Cámara de Senadores). La desaparición del INSABI ha generado un debate en México acerca de cuál es el mejor modelo para garantizar el acceso a servicios de salud de calidad a la población sin seguridad social. Algunos consideran que el nuevo modelo implementado por el IMSS-Bienestar es una solución adecuada, ya que se basa en un modelo ya existente, que cuenta con la infraestructura y experiencia del IMSS. Otros, sin embargo, señalan que este modelo tiene limitaciones y que es necesario continuar trabajando en mejorar el acceso a servicios de salud para toda la población, independientemente de su situación laboral o económica. En cualquier caso, la situación actual evidencia la importancia de contar con un sistema de salud sólido y eficiente que garantice el acceso a servicios de calidad para todas las personas.
Como parte del programa del Partido Político Movimiento de Regeneración Nacional (Un Proyecto de Nación), se afirmó que el sistema de protección a la salud en operación hasta el año 2018, simplemente no funcionaba y se planteó una reforma total. Es así como en noviembre de 2019 se reformó la Ley General de Salud para integrar un título denominado De la prestación gratuita de servicios de salud, medicamentos y demás insumos asociados para las personas sin seguridad social. Creando además el INSABI. La reforma busca un servicio de salud al mejor nivel para todas las personas, sin límite en el tipo de padecimiento y acceso a todos los medicamentos requeridos.
El INSABI no ha brindado servicios de salud de manera directa; ha tratado de funcionar como un organismo gubernamental encargado transferir recursos a los Estados de la República a través de la celebración de convenios, así como implementar adquisiciones de insumos para la salud a nivel nacional (Medicamentos y equipo médico); No lo consiguió, los servicios de salud no han logrado el objetivo que la administración actual ha buscado implementar como política pública un servicio de acceso universal para todo tipo de enfermedades. Si el INSABI fue el instrumento y mecanismo de política pública para lograr el acceso universal a servicios de salud a la población sin cobertura de seguridad social, eso no se logró.
Debe mencionarse que la administración federal actual, de forma insistente ha mencionado que el sistema de salud creado, instrumentado y operado en el pasado estaba plagado de ineficiencia, corrupción y clasismo, intentándose la “privatización” de los servicios públicos de salud, siendo estas las razones para su fracaso; desmanteló el Seguro Popular (Transfiriendo montos importantes de recursos económicos al propio INSABI), sistema que parecía que de forma progresiva permitiría paulatinamente un acceso universal a la salud. Las políticas públicas actuales han mostrado que, a la fecha, los referidos servicios a la población no han mejorado, a pesar de haberse creado el INSABI. Tampoco se ha logrado un mecanismo ágil y eficiente para la adquisición y suministro de medicamentos y equipo médico, generando un enorme desabasto, cuyas víctimas directas han sido los pacientes.
Tomado el modelo, IMSS-Binestar el 31 de agosto de 2022, fue publicado el Decreto por el que se crea el organismo público descentralizado denominado Servicios de Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social para el Bienestar (IMSS-Bienestar). Dicha institución tendrá por objeto brindar a las personas sin afiliación a las instituciones de seguridad social atención integral gratuita médica y hospitalaria con medicamentos. Constituyéndose como el “gran” proveedor de servicios públicos de salud para personas sin seguridad social, desapareciendo al INSABI.
En la actualidad el IMSS-Bienestar no tiene servicios de salud de alta especialidad (3er Nivel). Cabe preguntarse ¿Cómo y cuándo la población sin seguridad social podrá aspirar a recibir los mismos? Es necesario recordar que se desapareció el Seguro Popular (Sistema de Protección Social en Salud), bajo un argumento, repetido hasta el cansancio: No funcionó, ya que no reunía ni la condición de ser seguro, y tampoco popular. Me queda la duda de si esta delicada transición en realidad ocurrirá de forma integral.
Es así como, dentro de las principales retos y áreas de oportunidad, considero se encuentran las siguientes:
- Falta de recursos: el IMSS-Bienestar enfrenta limitaciones en su presupuesto y recursos, lo que puede afectar la calidad y disponibilidad de sus servicios. No se invierte lo suficiente en programas para la protección de la salud; sin inversión es imposible a aspirar a un sistema de salud como el de países desarrollados (Por ejemplo, los nórdicos). Me parece ocioso compararse con otras realidades muy lejanas a la nuestra, mejor sería atender nuestras carencias.
- Continuar con el grave problema de abasto de medicamentos y atención a las recetas prescritas por médicos. Sin un sistema de adquisición de insumos para la salud sólido, una logística adecuada y desde luego con la adecuada inversión, difícilmente se puede aspirar a una política pública que proteja la salud de las personas.
- Falta de personal: Los profesionales para la salud son vitales. En algunas áreas rurales y remotas, existe escasez de personal médico y de enfermería capacitado y experimentado, lo que afecta la disponibilidad y calidad de la atención médica.
- Accesibilidad limitada: Existen limitaciones en la disponibilidad de sus servicios, especialmente en zonas de difícil acceso.
- Tecnología limitada: en algunos lugares, la infraestructura y tecnología utilizada por el IMSS-Bienestar puede ser escaza, lo que puede restringir la capacidad, accesibilidad y disponibilidad de servicios de salud avanzados.
- Largas esperas: en algunos casos, debido al alto volumen de pacientes y la escasez de personal, los pacientes pueden enfrentar largas esperas para recibir atención médica, lo que afecta su calidad de vida y bienestar.
Las debilidades mencionadas representan desafíos importantes para el IMSS-Bienestar en la prestación de servicios de salud de calidad, a las personas más vulnerables de México. Encontramos una delicada coyuntura para el derecho humano a la protección de la salud. Debe mencionarse que el régimen jurídico mexicano en materia de protección de la salud comprende un bloque constitucional que abarca tanto a los tratados internacionales en materia de derechos humanos; la protección de la salud considerada en nuestra Constitución como un derecho humano. La actual administración federal no solo ha reconocido dicho régimen jurídico, lo consolidó con la reforma a la Ley General de Salud del año 2019 y otra a la Constitución en el 2020.
Al final del camino, las personas sin cobertura en atención de la salud seguirán sufriendo de las múltiples transformaciones y experimentos llevados a cabo en esta y anteriores administraciones federales. El Sistema Nacional de Salud continúa sin encontrar el engranaje y articulación que se pretendía desde su creación en el año 1984. La realidad, es la que viven millones de personas en México sin un sistema de afiliación, ni servicios para atender sus necesidades de atención de la salud.