Durante los últimos cuatro ciclos escolares, correspondientes a la administración del presidente , la matrícula escolar de educación básica disminuyó en total en un millón 144 mil 84 estudiantes.

Al comenzar este sexenio la matrícula en educación inicial era de 249 mil 302 alumnos, cifra que según los datos más recientes de la Secretaría de Educación Pública (SEP) cayó a 217 mil 391, esto es, 31 mil 911 alumnos menos. En tanto, en preescolar la matrícula pasó de 4 millones 734 mil 627 en el ciclo escolar 2019-2020 a 4 millones 334 mil 938 en el 2022-2023.

En primaria, la disminución fue más severa. Al comenzar el gobierno de la llamadase contaba con una matrícula de 13 millones 862 mil 321 que decreció a 13 millones 345 mil 969, es decir, se cuenta con 516 mil 352 menos estudiantes, mientras que en secundaria pasó de 6 millones 407 mil 56 a 6 millones 210 mil 924, 196 mil 132 alumnos menos.

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Abandonan las aulas. Fuente: la SEP
Abandonan las aulas. Fuente: la SEP

María Teresa Gutiérrez, directora de Monitoreo de Indicadores en Mexicanos Primero, explica que si bien la pandemia de Covid-19 generó la desafiliación de cientos de estudiantes la baja continúa porque se están haciendo menos atractivos los niveles educativos y por la entrega de becas.

“¿Por qué estamos egresando menos estudiantes? Porque estamos haciendo menos atractivos estos niveles educativos al flexibilizar las políticas de evaluación. Para ingresar a la primaria ya no es necesario acudir al preescolar; entonces, se está perdiendo el interés en este sentido. Pero yo creo que uno de los principales factores, y el que pondré como principal factor, es que la política educativa durante este sexenio se orientó principalmente a la dotación de becas sin ningún seguimiento que garantice que niños y adolescentes se encuentran en las aulas”, dice.

Explica que muchas de estas becas ya existían en sexenios anteriores, aunque estaban ligadas a esquemas muy claros de corresponsabilidad, que eran los que se daban a través de los programas Progresa y Oportunidades.

“En estos, los padres y madres de familia tenían la obligación de llevar a sus hijos a la escuela y de cumplir con otra serie de requisitos. Uno era acudir a los centros de salud, acudir a pláticas y toda una serie de corresponsabilidades que generaba cierta afiliación de los padres de familia para que mantuvieran a sus hijos en la escuela”, dice Gutiérrez.

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Resalta que en la actualidad no se cuenta con un seguimiento claro de cómo están acudiendo los niños a la escuela, por lo que en cualquier momento se puede dar esa desafiliación de los sistemas educativos.

“No se recuperaron plenamente todos los alumnos que se perdieron durante la pandemia. Y la estrategia para evitar el abandono ha sido únicamente a través de estas becas, pero éstas no cubren ese aspecto de la corresponsabilidad para estar monitoreando que efectivamente los alumnos sigan asistiendo a las aulas”, menciona.

Para la directora de Monitoreo de Indicadores en Mexicanos Primero, las becas Benito Juárez para alumnos de educación básica no están cumpliendo cabalmente con la función de retener a los alumnos en los salones de clase, además de que a su juicio la SEP está descuidando otro aspecto fundamental: el aprendizaje.

Destaca además que la disminución de la matrícula en educación básica “es preocupante. Tenemos que seguir haciendo atractivo el ingreso. Los alumnos y los padres tienen que sentir que ir a la escuela tiene valores agregados”.

Alejandra Luna Guzmán, académica del Departamento de Educación de la Universidad Iberoamericana, menciona que la SEP requiere de una reestructuración completa para evitar que más niños y adolescentes abandonen las aulas.

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“La SEP necesita una reestructuración completa, pero en lo referente a abatir la desvinculación escolar sería necesario comenzar desde lo más básico, que en las aulas se dé pertinencia a los contenidos con la diversificación de actividades, que en las escuelas se trabaje de fondo en los Consejos Técnicos Escolares para atender las necesidades específicas de casos particulares de estudiantes en riesgo, que se dé un pago justo a los docentes para que se logre una verdadera revalorización del papel fundamental que tienen para la sociedad y ante sus estudiantes, que se les dé una capacitación real y seria que fomente buenas prácticas para lograr el primero de los puntos y, en especial, la vinculación con las familias y tutores, para hacer la concientización del valor de seguir estudiando”, comenta.

Marta Castro, investigadora de Educación del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), dice que durante la pandemia no hubo una estrategia a nivel nacional para prevenir el abandono escolar, “y posteriormente a la pandemia tampoco existieron programas enfocados a buscar a estos jóvenes que habían dejado la escuela para tratar de reincorporarlos, sino que se esperó que con el tiempo se ajustara y hoy, a tres años de distancia, es un dato que sigue alarmando”.

Director de Posgrados de la Escuela de Pedagogía de la Universidad Panamericana, Francisco Cobela argumenta que estados como Guanajuato, Querétaro y Aguascalientes han hecho esfuerzos para evitar el abandono escolar, pero a nivel nacional se carece de una estrategia para recuperar a los estudiantes que han dejado los salones.

“Los esfuerzos de la Secretaría de Educación Pública han sido insuficientes, porque de cierta manera también ha faltado una estrategia de comunicación para las distintas comunidades y para el sector público, principalmente para acercar a las familias y a los alumnos nuevamente a las aulas. Se entienden las distintas circunstancias que puedan atravesar lo diverso que es nuestro país en condiciones socioeconómicas, sociales, de seguridad, etcétera, pero sí, insisto, han sido insuficientes”, comenta.

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