En el ambiente hierve la pasión del partido en el poder, que lanza un desafío a la autoridad electoral.

“Voy a ser cuidadoso en las palabras porque hay una dizque autoridad electoral que no nos quiere y anda buscando cualquier pretexto”, dice el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, en el encuentro de Morena.

Marca la pauta y todos ensalzan la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador y cierran filas para defender su reforma energética.

En el WTC golpea los tambores de guerra y afirma: “Tenemos Presidente de sobra, tenemos al mejor Presidente y tenemos a este movimiento que a lo largo de los años lo ha venido acompañando”.

La marea guinda despierta: “¡No estás solo, ¡no estás solo!, ¡no estás solo!”.

El director de la CFE, Manuel Bartlett, habla sobre la trascendencia de la reforma eléctrica y la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, llega al lugar: “No hace falta, no necesito vallas”, le dice a un elemento de logística que con sus brazos le abrió camino.

Sheinbaum Pardo arremete: “Los ataques al Ejecutivo son porque los grupos de interés han perdido privilegios. Nuestro movimiento sigue conquistando conciencias y voluntades, nadie lo va a parar”. Enconces se escucha: “¡Presidenta!”, “¡Presidenta!”.

Por su parte, la exdiputada federal Dolores Padierna insiste que en Morena ya se trabaja en un cambio generacional, por lo que llama a derrotar en 2023 al dinosaurio priista en los comicios para gobernadores del Estado de México y Coahuila.

El objetivo: que antes de la elección presidencial de 2024 el partido guinda gobierne tres cuartas partes del territorio nacional, opinan.

Ahí está el desafío, falta ver lo que resuelva la autoridad electoral.

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