Mérida.— Para el antropólogo Marco Enrique Almeida Poot, la puesta en marcha del Tren Maya es una oportunidad para que lo ambiental, lo social y lo cultural vuelvan a tener relevancia en este proyecto, como se intentó en un inicio.

Docente de la Universidad Autónoma de Yucatán (UAY) y estudioso del plan desde 2018, Almeida Poot afirmó que la obra todavía no está terminada en su totalidad, por lo que se está a tiempo de implementar los procesos de manera razonada y con inclusión de las comunidades mayas.

“Estamos en el momento de que se retomen estas iniciativas, de que se vuelvan a poner sobre la mesa, de que se cumplan esos compromisos, de que lo ambiental, social y lo cultural vuelva a tener relevancia”, dijo.

En entrevista, el académico explicó que finalmente las cuestiones y tiempos políticos les ganaron a la responsabilidad de las autoridades federales de llevar bien los procesos ambientales, culturales, sociales y de economía social en una obra como la del Tren Maya.

Por ello, no tiene duda de que la inauguración del proyecto “responde a la contingencia política. Es necesario este mensaje para incrementar la posibilidad de permanencia del proyecto político actual de la Cuarta Transformación.

“Al final, la premura, la inercia, la contingencia política le ganaron a la responsabilidad de llevar los procesos de una manera razonada, que contemple los aspectos ambientales, sociales, culturales y de economía social y solidaria”, lamentó.

Indicó que la población, sobre todo en Yucatán, comprende que habrá efectos negativos por la construcción del tren, pero le apuestan más a que los beneficios puedan ser aprovechados por ellos, de modo que aumente el empleo y que puedan emprender un negocio propio.

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