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Martín asegura que la situación económica de su familia y el consumo de alcohol y drogas son algunos de los factores que lo llevaron a cometer un delito considerado grave. Así como él, hasta septiembre de 2018 había 6 mil 144 menores de edad en conflicto con la ley en el país, mil 512 de ellos están en centros de internamiento.

La organización Reinserta presenta hoy el Estudio de factores de riesgo y victimización en adolescentes que cometieron delitos de alto impacto social, en el cual muestra datos del entorno en el que viven esos jóvenes y destaca la importancia de la prevención y la reinserción social.

Para el reporte se tomó una muestra de 502 adolescentes privados de la libertad en centros de internamiento de la Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Puebla, Tabasco, Veracruz, Sinaloa y Yucatán.

En promedio, los menores que están en los centros tienen 17 años, nueve de cada 10 son hombres y la familia de 62.4% de ellos tiene un ingreso menor a 7 mil pesos mensuales.

Del total, 36.8% está privado de su libertad por homicidio; 27.8%, por robo, y dos de cada 10, por cometer delitos contra la libertad; 71.8% permanece en reclusión entre dos y cinco años.

“Apostar por la reinserción de los jóvenes que se encuentran privados de su libertad es apostar por un México más seguro”, enfatiza Saskia Niño de Rivera, presidenta de Reinserta.

Afirma que los menores de edad son la población que está en mayor riesgo dentro del sistema penitenciario y “es muy importante que no por haber cometido un delito decidamos como sociedad que nos tenemos que olvidar de ellos, al contrario, tener a un adolescente en un centro de internamiento debe ser un foco rojo para la sociedad, de una persona que va a seguir siendo un peligro si no intervenimos de la mejor manera”.

Uno de los casos exitosos de reinserción es el de Martín, quien tiene 19 años e ingresó al centro de internamiento de San Fernando a los 15 años. Recuerda con precisión el tiempo que permaneció ahí: “Dos años, cinco meses y 18 días”.

En ese tiempo cursaba la secundaria y vivía con su mamá y su hermana, porque con su papá no tiene tan buena relación, aunque sí lo ve: “Mi mamá trabajaba mucho y veía que llegaba muy cansada. Te empiezas a desesperar o ves que tus amigos tienen cosas que tú no, y es lo que quieres cuando eres más chico, tener ciertos tenis o ropa”, narra.

De acuerdo con el estudio de Reinserta, tres de cada 10 de los jóvenes en conflicto con la ley creció sólo con su mamá, como Martín, mientras que 54.2% lo hizo con sus dos padres.

Las drogas y el alcohol se identificaron como algunos de los factores de riesgo para los jóvenes: 31.9% dijo que consumía bebidas alcohólicas de manera frecuente, mientras que 33% indicó que estaba intoxicado con alguna sustancia cuando cometió el delito.

En el entorno en el que vivía Martín había alcohol y drogas, así como presión de sus amigos para que consumiera, “para que seas aceptado, para que no se metan contigo, es como un sistema de autodefensa”.

Niño de Rivera enfatiza que una de las recomendaciones que hace la organización es que se impulsen programas de rehabilitación y de prevención.

Destaca que otro tema urgente en México es un programa de reinserción social que tenga un impacto verdadero en los jóvenes que están privados de su libertad, porque eventualmente van a volver a salir a las calles.

Martín está por cumplir dos en libertad, “estoy muy agradecido, fue como si volviera a nacer”, enfatiza.

Con el apoyo de Reinserta y con la motivación que le da su madre, el joven habla emocionado de su  proyecto Cambia La raíz, en el que se enfoca en trabajar con niños para ayudarlos a desarrollarse plenamente.

“Es incidir un poco en una problemática que yo pasé, el eslogan de nuestro proyecto es: ‘No queremos que se repita la misma historia’, porque a mí no me gustaría que cosas que yo he pasado, a los niños les pudieran ocurrir”, destaca.

Sus planes para el futuro no acaban ahí: desea tener una familia e hijos, quiere que su mamá esté bien, trabajar y continuar desarrollando su proyecto. Actualmente va a entrar a la preparatoria y busca estudiar la carrera de Turismo.

La forma en la que Martín percibe su entorno ha cambiado en los últimos cuatro años: “Ahora que lo veo con mis niños, esos momentos que te sonríen y te preguntan cuándo vas a regresar, es algo que paga todo el esfuerzo que haces y ellos te enseñan otra perspectiva de la vida, que hay otras posibilidades y que puedes salir adelante sin tener que hacer algo malo”.

Niño de Rivera resalta que en la administración del presidente Enrique Peña Nieto prevaleció la falta de ayuda a las asociaciones civiles que trabajan con los adolescentes privados de su libertad y que se quitaron apoyos a programas de prevención.

Expresa que el cambio de gobierno es un momento coyuntural en el que es muy importante volver a posicionar en la agenda la realidad que viven estos menores de edad. “Si  estamos hablando de un México donde no prevalezca la violencia, de un México más seguro, tenemos que entender de dónde vienen estos jóvenes que han cometido los delitos”, afirma.

Para la presidenta de Reinserta, el gran reto para el gobierno del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador,  es volver a crear programas y a trabajar de la mano con la sociedad civil.

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