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Brooklyn, NY.— Para la fiscalía, Genaro García Luna “traicionó” a México y a Estados Unidos al recibir millones de dólares del narcotráfico; para la defensa, es una víctima de los hombres a quienes puso en prisión y que ahora pretenden acabar con él.
En la presentación de sus argumentos en el juicio contra García Luna, la fiscalía aseguró que el jurado verá pasar en los próximos días una serie de testigos que comprobarán que el acusado jugaba a dos bandas, pues mientras afirmaba encabezar la guerra contra el narcotráfico también hacía otro “trabajo sucio”, dando información al Cártel de Sinaloa y recibiendo sobornos de “una y otra vez”, según dijo el fiscal Philip Pilmar en el proceso que preside el juez Brian Cogan.
Según la fiscalía, las evidencias apuntan a que “García Luna estaba en la nómina del Cártel de Sinaloa y convirtió a la policía en una fuerza armada mercenaria que actuó a favor del cártel”.
Aseguró que en el juicio “vamos a demostrar que el voto que hizo [García Luna] de perseguir y hacer la guerra contra los cárteles fue una mentira.
El mexicano, insistió, ayudó al cártel a enviar “toneladas, literalmente toneladas, de cocaína a Estados Unidos”. García Luna, recalcó, “fue la herramienta más valiosa del Cártel de Sinaloa”.
El abogado defensor, César de Castro, alegó que “no hay dinero ni fotos ni videos ni grabaciones ni textos ni pruebas” que sustenten las acusaciones contra su cliente más allá de las palabras de delincuentes que quieren “matar dos pájaros de un tiro: reducir sus condenas y vengarse de la persona que más odian los narcotraficantes” mexicanos, porque García Luna los envió a prisión.
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