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En la comunidad de Tizilingo los días de lluvia son los mejores. En este lugar, enclavado en un cerro al sur de la Ciudad de México , una tormenta representa la oportunidad de tener agua para lavar los trastes y la ropa, de poder bañarse y de mantener la casa limpia.
Tizilingo no aparece en ningún mapa, para poder llegar se necesitan las instrucciones de los habitantes de Xochimilco y un automóvil que pueda vencer los caminos empinados. De las calles pavimentadas y el acceso a servicios básicos ni hablar, todavía no son una realidad para las 40 familias que viven en la zona.
Aquí el agua de lluvia es como el oro, el bien más preciado. La alcaldía Xochimilco no ha instalado una red de agua potable porque la comunidad está en un Área Natural Protegida . Es por esto que las casas de lámina y concreto están adaptadas para captar el líquido de los nubarrones que llegan a mediados de año.
Ante esta situación las organizaciones Techo e Isla Urbana se unieron para llevar a Tizilingo un sistema de captación de agua de lluvia de mil 100 litros para purificarla y que el recurso sea utilizado sin riesgos para quehaceres domésticos e higiene personal.
Las asociaciones también iniciaron este proyecto para que las familias de la zona combatan el Covid-19 con el lavado de manos constante y la limpieza de su hogar.
Areli Ramírez, una de las beneficiarias de los sistemas de captación, relata que en Tizilingo el agua se consigue de las tormentas o hay gente que la transporta en burro para venderla.
Aunque las autoridades del sector salud recomendaron lavarse las manos y asear la casa constantemente para prevenir el coronavirus, Areli comparte las dificultades que enfrentan para cumplir con estas peticiones.
“En mi casa ocupamos lo necesario, no fue tan elevado lo que pudimos incrementar en el consumo de agua, salimos para lo mínimo en ese sentido (...) aquí es un tema general, el agua es oro para nosotros”, señala Areli.
Ella ha vivido 12 años en Tizilingo, una comunidad decorada por tambos y cubetas. Ahí se recolecta el agua para después limpiarla con filtros y pastillas de cloro.
El mecanismo de captación instalado por Techo e Isla Urbana hará más sencillo ese trabajo, explica Araeceli: “Desde siempre somos una comunidad que no cuenta con el servicio de agua potable, realmente el sistema viene a dar un giro importante en la comunidad y en la vida de las 15 familias que se van a beneficiar”.
Según el Programa Nacional Hídrico 2019-2024 de la Comisión Nacional del Agua, sólo el 58 por ciento de los mexicanos tiene acceso a este recurso diariamente, situación que pone en riesgo a millones de mexicanos durante la pandemia.
Natalia Hernández, habitante de Tizilingo, padece este problema: “Estamos acostumbrados a recolectar lo más que se pueda en botes y cubetas, la usamos para la ropa, para las plantas, para el baño, le damos mucho uso al agua de lluvia”.
No sólo los integrantes de Techo e Isla Urbana se ven sorprendidos por las condiciones de vida en Tizilingo, sino que algunos de sus habitantes no caen en la cuenta de que en pleno siglo XXI haya lugares sin servicios básicos. Somos del “México olvidado”, dicen los vecinos que han vivido por décadas en la zona y ya desconfían de cualquier autoridad.
Reaccionar a la emergencia
Techo e Isla Urbana también regalaron captaciones de agua de lluvia en la comunidad de Xalostoc, en Ecatepec, para que las personas combatan la pandemia del Covid-19.
“Con este proyecto se busca garantizar el acceso al agua para que las familias puedan tener mejor higiene personal y sobre todo atender el tema de la pandemia. La primera instrucción que nos da la OMS y el gobierno es lavarnos frecuentemente las manos, aunque eso es algo que aquí no sucede porque no hay un acceso frecuente al agua”, señala Brenda Martínez, coordinadora territorial en la Ciudad de México de Techo.
Agrega que su ONG trabaja en 10 asentamientos en la Zona Metropolitana de la capital, sin embargo, sólo dos han podido ser atendidos de esta manera. Por ese motivo buscan que mexicanos donen recursos económicos a través de la página de internet de Techo.
“Es un tema muy importante porque el agua la usamos para todos, para nosotros en la ciudad es fácil abrir un grifo y que haya agua de manera constante, pero eso no ocurre en estas comunidades, aunque es un derecho básico”, dice Brenda Martínez.
Por su parte Javier Hernández, director de Instalación de Isla Urbana, informa que los sistemas de captación entregados en Tizilingo fueron creados a raíz del sismo del 19 de septiembre en la Ciudad de México y en ese momento se entregaron a los damnificados.
“Este es un sistema emergente porque es básico, pequeño, fácil de instalar, y en este caso por el coronavirus queremos que la gente tenga acceso al agua y aprovechen la lluvia”, comparte Javier Hernández.
De igual forma indica que el tamaño del sistema de captación está diseñado para beneficiar a una familia de al menos cinco integrantes y, si se le da mantenimiento adecuado, puede tener un tiempo de vida de 25 años.
"Por lo del Covid ahorita hay mucha gente que no tiene acceso al agua y eso es una parte fundamental. En estos lugares no hay suficiente agua, pero sí llueve bastante, y por eso lo queremos aprovechar", dice Javier Hernández sobre este proyecto.