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De cara al proceso electoral del 2 de junio próximo en seis estados del país, hoy terminan las campañas en las entidades donde las fuerzas políticas disputarán en conjunto 140 cargos, entre ellos dos gubernaturas (Puebla y Baja California), 86 diputaciones locales y 60 ayuntamientos.

Serán las primeras elecciones tras el tsunami Morena que arrasó el país en 2018 y para los expertos electorales, aunque “el efecto López Obrador” sigue activo, es previsible también que la oposición comience a reconstruirse desde lo local.

La expectativa que se tiene para los comicios en Puebla y Baja California, donde se disputarán dos gubernaturas, es que Morena suba de cinco a siete entidades gobernadas.

Pero en Quintana Roo y Tamaulipas, donde se renovarán los congresos locales, y Aguascalientes y Durango, que elegirán ayuntamientos, se prevén triunfos opositores y de partidos locales, aunque haya también victorias morenistas.

Así, los partidos tomarán su dimensión real, consideran Arturo Sánchez Gutiérrez, decano de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tec de Monterrey, y Javier Santiago Castillo, politólogo y académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), ambos exconsejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), y Marcela Bravo Ahuja, politóloga, académica de la UNAM e integrante de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales.

Para ellos, el fenómeno que se vive cada elección presidencial, en el que los candidatos arrastran el voto, es distinto a los procesos locales, en los que el sufragio se dispersa, y es eso lo que dará la oportunidad ahora al PAN, PRI e incluso PRD de lograr algunas plazas.

Hace un año, en las elecciones presidenciales del 1 de julio, en los seis estados en disputa el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador arrasó y en todos el segundo lugar fue para el panista Ricardo Anaya.

En tres entidades es el panismo el que tiene más presencia. En Durango es el PRI el que tiene mayoría en el Congreso que se renovará y, en Quintana Roo, PRI y PAN están parejos.

Se recomponen fuerzas. Para Bravo Ahuja, dado que estos serán los primeros comicios tras el triunfo de Morena, se podrá ver si el cambio en el sistema de partidos que comenzó hace un año, se confirma.

“En general, habrá ‘efecto López Obrador’ porque se ve el arrastre del voto y la popularidad que sigue teniendo. Aún es el gran candidato sin estar en la boleta y vamos a ver que, aunque sus abanderados a las gubernaturas no figuren mucho, él sí. Pero en congresos y ayuntamientos es otra cosa”, expone.

Veremos “si Morena se va a convertir en un partido hegemónico, como el PRI a nivel local, o se van a ver fuerzas de distintos grupos”, comenta la especialista.

Lo previsible, expone Santiago Castillo, es que en Baja California y Puebla el PAN se debilite al perder ambos gobiernos, con lo que sólo gobernará 10 entidades federativas.

Ve en el panismo posibilidades, pero también para el PRI, que aunque compite solo en los seis estados, “es el único partido que tiene una estructura nacional y tiene una base o clientela electoral de cierta dimensión... mermada, pero ahí está, y eso le abre la posibilidad de tener presencia local y mantener una fuerza regional”, dice el experto.

Sánchez Gutiérrez destaca también: “espero que haya competencia real y que la ola morenista adquiera su dimensión.

“Ciertamente, tendrá un peso importante en las gubernaturas, pero lo que se juegan los partidos en esta etapa es hacerse valer como fuerzas electorales, pese a que perdieran gobiernos… lo importante es tener presencia. Si es por poca diferencia de votos, mejor, pero lo relevante después del tsunami de Morena es que la oposición se mantenga”, agrega.

Lo que viene. Sánchez Gutiérrez plantea que lo que ocurra en estos comicios permitirá analizar si Morena sigue consolidado “y va a ganar de todas todas o si la oposición sigue siendo competitiva a nivel local”.

Es posible que Morena llegue a su máximo y luego, agrega Bravo Ahuja, a mitad de sexenio “las aguas empiecen a tomar su cauce” con un declive por diferencias internas y desgaste de gobiernos federal y estatales.

Santiago Castillo, por su parte, considera que la caída electoral de Morena podría darse en las elecciones intermedias de 2021, por las políticas del gobierno federal y que afectan sobre todo a ciertos sectores de la clase media ilustrada.

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