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Ante un pleno incompleto, los magistrados del Tribunal Electoral, José Luis Vargas e Indalfer Infante concluyeron su encargo de siete años, dejando la Sala Superior con cinco integrantes a unas semanas del inicio de la precampaña federal.
El pleno quedará integrado por cinco magistraturas por tiempo indefinido, ante la falta de acuerdos en el Senado para sacar adelante las ternas, de un hombre y una mujer, para ocupar esos espacios en el TEPJF.
Al inicio de la sesión, el magistrado presidente, Reyes Rodríguez Mondragón, pidió un minuto de silencio por las víctimas del huracán Otis en Guerrero, y acto seguido se pusieron de pie.
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El lado izquierdo del pleno destacó por las sillas vacías de dos magistraturas: Janine Otálora y Felipe de la Mata. Mientras que estuvieron presentes Reyes Rodríguez Mondragón, Felipe Fuentes y los dos magistrados que terminan su periodo.
La integración de la Sala Superior estuvo marcada por la remoción de José Luis Vargas de la presidencia del Tribunal Electoral, que fue respaldada por cinco magistrados y sólo con la resistencia de Mónica Soto; episodio que Vargas Valdez no dejó pasar hasta su último día en el cargo.
Al tomar la palabra, el magistrado Vargas Valdez reprochó el término abrupto de su presidencia, y si bien reconoció que no tuvo la capacidad de generar acuerdos entre sus integrantes, eso no justifica la manera en que cinco integrantes tomaron la presidencia, sin atribuciones.
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“Deseo que nuestra vida institucional algo así de grave no vuelva a repetirse, y que volvamos a ser ejemplo de un actuar institucional y apegado a la ley en donde las diferencias se logren desahogar internamente y exclusivamente a través de los causes legales”, confió.
Denunció que su familia y él sufrieron “una burda campaña de ataques y persecución que hasta la fecha hoy sigue impune”; sin embargo, aseguró que su patrimonio es lícito y fruto de su trabajo.
Advirtió a aquellos que lo difamaron que “su infamia lo perseguirá toda la vida”.
Parafraseando al poeta Amado Nervo, el magistrado Indalfer Infante afirmó: “estoy en paz conmigo como profesional del derecho y con mi desempeño como juez electoral”
Sostuvo que sólo observando y velando siempre por la autonomía y la independencia del Poder Judicial es como podrán contribuir a la democracia del país para su futuro institucional, así como a la confianza de las futuras generaciones.
“En estos tiempos en que se cuestiona la legitimidad de la judicatura, la mejor forma de generar confianza en la ciudadanía es que sus instituciones funcionen con compromiso y lealtad constitucional, con experiencia y profesionalismo, con esperanza en la construcción a partir del trabajo diario del andamiaje y la arquitectura jurídica que se requiere para mantener en pie el edificio de la democracia constitucional”, subrayó.
Vestida de negro, la magistrada Mónica Soto fue la encargada de posicionarse a nombre de sus compañeros, reconociendo su labor mientras intentaba no romper en llanto durante su discurso.
“No han sido tiempos fáciles los que compartimos. También hubo devastación en esta integración, pero como todas y todos los mexicanos, tenemos la grandeza de la resiliencia y así hemos podido avanzar”, expresó.
Al magistrado Indalfer Infante lo reconoció como un jurista “que opera con la precisión de un cirujano, forjado en la carrera judicial, conoce todos los ángulos de la judicatura, domina de pies a cabeza los entramados procesales y es capaz de recitar de memoria las figuras jurídicas, la jurisprudencia y todos los documentos que son el acervo de la institución”-.
A su compañero José Luis Vargas, a quien ha respaldado en varias ocasiones, le reconoció una trayectoria consolidada en el ámbito electoral y su formación compartida en el otrora IFE.
Las intervenciones de cada uno cerraron con una ronda de aplausos de pie y abrazos de cada uno de sus colegas, quienes concluyeron la sesión solemne con una fotografía en el pleno de la Sala Superior.
tjm
