Con una flota de 20 automóviles conducidos por en retiro, Navy Driver ofrece servicios de traslado, guardia y consultorías de seguridad como parte de las pruebas piloto del lanzamiento de esta iniciativa de protección única en México que pretende convertirse en una alternativa más confiable de viajes por aplicación a las que hoy existen.

Israel Chávez, oficial en retiro de la Secretaría de Marina (Semar), y su socia Elizabeth Eskin, especialista en seguridad, concibieron esta idea no sólo para prestar opciones más seguras de transporte y escolta, sino para atender la falta de oportunidades laborales para el personal militar retirado que, aunque cuenta con un adiestramiento en defensa, se queda sin trabajo al darse de baja de las Fuerzas Armadas.

“El actuar de un chofer o escolta civil no es igual al de uno con formación militar. Nosotros hacemos labores de inteligencia porque 90% de nuestra labor es preventiva, también de inteligencia, para prevenir incidentes de seguridad mayores y, en el último caso, actuar conforme a nuestra preparación militar para cuidar al 100% la seguridad de nuestro cliente.

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Navy Driver pretende convertirse en una alternativa más confiable de viajes por aplicación a las que hoy existen, en medio del contexto de inseguridad que impera en el país. Foto: Carlos Mejía EL UNIVERSAL
Navy Driver pretende convertirse en una alternativa más confiable de viajes por aplicación a las que hoy existen, en medio del contexto de inseguridad que impera en el país. Foto: Carlos Mejía EL UNIVERSAL

“Por la inseguridad hay muchas necesidades en México, no sólo de empresarios, cualquier persona requiere un servicio de confianza, desde un traslado, resguardo de valores o un servicio de escolta, y nosotros tenemos servicios adecuados a las necesidades y precios accesibles de acuerdo al tipo de necesidad”, explicó en entrevista Israel Chávez, quien sirvió durante 22 años en las Fuerzas Armadas.

En 2021, el exparacaidista de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) dejó las filas militares y notó que sus opciones para reintegrarse al mercado laboral eran pocas y ninguna fuera de las actividades de acompañamiento como personal de seguridad bajo un mando civil.

Israel Chávez optó por emplearse como escolta en el sector empresarial, donde se percató de que la formación militar es útil ante la diversificación de actividades del crimen organizado, la necesidad de pequeños y medianos empresarios de contratar un servicio de seguridad de calidad, pero que no tenga precios tan altos, y de la alta demanda de ciudadanos comunes para contratar expertos con formación castrense a fin de ser protegidos durante sus actividades.

Así, junto a otros tenientes, capitanes y miembros de las fuerzas especiales ya retirados, Navy Driver está probando la respuesta de la gente en esta alternativa de movilidad y protección que, de ser necesario, puede realizarse con la portación de un arma para evitar incidentes mayores.

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Navy Driver tiene un rango de precios que va desde los 500 pesos hasta los mil 500, y de ahí escala conforme a la necesidad del cliente. Foto: Carlos Mejía EL UNIVERSAL
Navy Driver tiene un rango de precios que va desde los 500 pesos hasta los mil 500, y de ahí escala conforme a la necesidad del cliente. Foto: Carlos Mejía EL UNIVERSAL

“La experiencia del militar retirado es vasta. Aunque se retira, es fuerte y se pierde en la vida civil, y yo compartí esta idea con gente retirada del ámbito militar que se animó y que, después de ver la respuesta y la aceptación de nuestros primeros servicios, quisieron unirse para beneficiar su economía y para continuar ejerciendo las labores en las que fuimos preparados desde nuestra juventud”, dice Chávez.

El rango de precios del servicio va desde los 500 pesos, mil, mil 500 y de ahí escala conforme a la necesidad del cliente.

Para solicitar este tipo de protección únicamente es necesario coordinarse con Israel Chávez o Elizabeth Eskin a través de WhatsApp para evaluar lo que se necesita y hacer la cotización que dependerá del tipo de servicio, el cual puede ser realizado o no con la portación de armas cortas.

“Hay necesidades, por ejemplo, como el traslado de valores, de mercancía, labores de vigilancia, de inteligencia, asesorías en seguridad, escolta eventual y no de planta, acompañamiento preventivo, pero hasta hoy, la mayoría de nuestras clientas han sido mujeres de colonias de alto nivel económico que requieren traslados seguros hasta aeropuertos.

“Nuestro trabajo es verificar el entorno antes, proteger a la persona en su trayecto y dejarla hasta el final de su recorrido, como bajarla del auto en el aeropuerto hasta que haga su check-in y, dependiendo del servicio, la persona puede solicitar la portación de armas, pero nosotros evaluamos si realmente se tiene que portar”, explicó el oficial retirado.

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Los choferes, en caso de necesitarlas, portan armas cortas de 9 milímetros
reguladas por la ley para uso con licencia Foto: Carlos Mejía EL UNIVERSAL
Los choferes, en caso de necesitarlas, portan armas cortas de 9 milímetros reguladas por la ley para uso con licencia Foto: Carlos Mejía EL UNIVERSAL

Respecto a la portación de armas, Chávez añadió que la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos permite que generales, jefes y oficiales del Ejército, Armada y Fuerza Aérea de México puedan portar armamento sin la licencia respectiva.

Sin embargo, en caso de necesitarlas, portan pistolas de 9 milímetros reguladas por la ley para uso con licencia, ya que Navy Driver está por consolidarse como una empresa de seguridad.

“Desde que la persona está con nosotros, nos comprometemos a cuidarle. El 99% es prevención y estudiamos el tipo de servicio, tomamos las decisiones para brindarlo y, si aun con el control de riesgos hay situaciones de alto peligro, evacuamos al cliente y advertimos a estas personas que podemos accionar físicamente, pero la última opción es la violencia o usar un arma. Nos mantenemos al margen del respeto a los derechos humanos porque así estamos formados.

“Desde que salí de las Fuerzas Armadas hasta hoy he trabajado con 30 empresarios. Las evaluaciones de riesgo que hubo se evitaron al 100% con prevención y siempre se actuó conforme a la ley, siempre dentro de los marcos legales y siempre evaluamos si el servicio requiere o no de una persona armada”, detalló a esta casa editorial.

Hasta hoy, Navy Driver es un servicio totalmente solventado por sus creadores, quienes planean que en unos meses se convierta, primero, en una página web y, después, en una aplicación, puesto que hoy el servicio se ha difundido de boca en boca entre clientes privados y por redes sociales.

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“Navy Driver tiene personas disciplinadas, que han pasado por filtros y han servido en labores de seguridad que garantizan que ante una emergencia van a darlo todo por la persona que los contrató. Además, la formación militar te da una experiencia que no se consigue como civil y nos capacita para todo tipo de situaciones que una persona común no puede responder.

“Hay gente que le tiene mucho miedo a los militares, como que se demonizó mucho la labor y menoscaban lo que realmente podemos hacer por las personas, pero Navy Driver —que es el único servicio de este tipo en México— tiene una formación superior en seguridad que ofrece garantía a sus pasajeros o clientes”, finalizó.

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