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Recogieron, limpiaron y retiraron las tiendas que les sirvieron de hogar durante tres meses.

En carritos del supermercado, en cajas de madera y bolsas de plástico, trabajadores administrativos que participaron en la huelga más larga en la historia de la UAM levantaron sus campamentos y quitaron las banderas rojinegras por el paro de labores. Hoy regresarán a sus actividades regulares.

“Tanta lucha para nada”, cuenta Moisés Sánchez, chofer en la Rectoría General de la universidad.

Durante los últimos 92 días, vendió aguas frescas, arreglos de dulces y realizó trabajos temporales para mantener a su familia durante la huelga de la institución.

Hoy dice que está decepcionado porque el movimiento no logró conseguir incrementos reales de salario para los más de 5 mil trabajadores sindicalizados.

“Estamos muy enojados con las autoridades, porque no se abrieron a las negociaciones. Esa es la decepción, no se prestaron al diálogo y estuvo feo”, reclamó. Aunque dice que hay alegría de regresar a trabajar; “ lo vamos a hacer al 100%”, pero existe indignación, refiere.

“Se ganó exponer a la universidad en todos sus malos manejos y nada más. Fue lo único”, precisó.

El enojo de los trabajadores es que su huelga “no fue por salarios caídos”, sino por demanda de incremento salarial y violaciones al contrato colectivo de trabajo.

Algunos se mantuvieron de préstamos, otros de apoyo de sus familiares y algunos más lo hicieron pidiendo dinero o boteando en las calles para apoyar la huelga.

“Estamos encabronados. No es que nos sintamos satisfechos por los resultados de la huelga.

“Hay frustración de tener una huelga tan larga y no ver resueltas tus demandas en lo esencial”, dijo Salvador Moreno López, de la UAM unidad Xochimilco.

Los trabajadores regresarán hoy a sus labores cotidianas, con un saldo de un trimestre perdido y el proyecto educativo de miles de alumnos detenido... por 92 días.

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