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Tristeza, rabia e impotencia sintió Rodolfo Carcaño Araujo, subdirector de la escuela primaria Mi Patria es Primero.
El gobierno federal había eliminado el Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC), pero aun así asegura que en el plantel se continuará con el servicio de alimentos, que tiene un costo de 35 pesos.
“Es bastante triste todo esto. Yo le veo mucho potencial a este programa porque, además de que los estudiantes comen en estas escuelas, se les imparten distintos talleres como música, tecnologías de la información, yoga, lógica matemática. Es una educación integral”, dice Carcaño Araujo a EL UNIVERSAL.
En este centro educativo, ubicado en la alcaldía Azcapotzalco, se echó a andar ese programa que beneficiaba a 3.6 millones de niños y adolescentes de más de 25 mil escuelas de todo el país.
“Los niños van a comer en la escuela. Ya fui a visitar el comedor, ya fui a ver las instalaciones de la cocina, que están impecables. Vamos a dar de comer todos los días a cerca de 360 niños”, dijo la entonces titular de la SEP Josefina Vázquez en esa escuela el 23 de septiembre de 2008.
Docente desde hace 20 años, el profesor expresa que aún tiene presente en la memoria ese día.
Al inicio de ese programa y hasta el sexenio anterior, a ese plantel llegaban alimentos para los menores de edad. Pero después se dejaron de recibir. Ahora, y por acuerdo con los padres de familia, cada menor da una cuota de 35 pesos diarios para comer en esa escuela.
Desde hace dos años, y debido a la emergencia sanitaria causada por la pandemia de Covid-19, el comedor aún no opera.
Carcaño Araujo espera alguna notificación por parte de las autoridades educativas para que este espacio vuelva a funcionar.
El plantel, que en estos momentos opera de manera híbrida para evitar contagios de Covid-19, es muy colorido. Sus muros lucen de varias tonalidades. Algunos pequeños hacen ejercicio sobre colchonetas en el patio, mientras que otros están en sus salones.
En su pequeña oficina, Carcaño Araujo asegura que en la Secretaría de Educación Pública “se cortan las ideas… se mueren las ideas. Ya no hay una continuidad de los programas educativos que funcionaban y que beneficiaban a los estudiantes. Es una lástima que este programa se haya desechado”, asevera.
Egresado de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, el maestro, de 44 años, comenta que los planteles bajo la modalidad de tiempo completo han facilitado la vida de las madres que deben salir a trabajar.
Este plantel opera en estos momentos con un horario de ocho de la mañana a dos y media de la tarde, cuando su horario de salida era a las cuatro de la tarde.
“Definitivamente, este ajuste en el horario será complicado para muchas mamás porque no va a ser lo mismo. Algunas tendrán que sacar a sus hijos de esta escuela para meterlos en una que se ajuste a su horario laboral… espero que no haya deserción y que no haya recorte de horarios para profesores”, comenta.
Carcaño Araujo externa que desde hace tres años el plantel no recibe los 120 mil pesos que les daban para material didáctico, pintura del inmueble u otras necesidades del plantel.
“Desde hace tres años no nos dan nada, y tenemos que echar mano de las cuotas de 200 pesos de inscripción de los padres de familia”, indica.
El maestro señala que para mantener en buen estado la infraestructura escolar de repente organizan alguna kermés o realizan rifas para obtener los recursos suficientes que les permitan mantener en buen estado el plantel, que en 2018 logró un promedio total de 8.6 en la prueba PLANEA, realizada por la SEP.