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La Secretaria de Salud (Ssa) actualizó el manejo de cadáveres por Covid-19: recomendó que sean cremados, pero en caso de no ser posible, se puede practicar sepultura; además, aconsejó no realizar técnicas de conservación o embalsamamiento, si no hay equipo de protección personal y capacitación.
En el documento Guía de manejo de cadáveres Covid-19 (SARS-CoV-2) en México se establece que en todo momento se debe respetar a las personas que han perdido a un ser querido: “No se debe tolerar cualquier actitud que discrimine o estigmatice al fallecido, su familia, amigos o contactos por el diagnóstico.
“De existir equipos de apoyo de [la unidad] de salud mental o tanatológico, se debe buscar la ayuda para el manejo de los deudos”, se señala en el texto. Ante un fallecimiento por el nuevo coronavirus, indica, en primer lugar, todo el personal del sector Salud debe cumplir las normativas de bioseguridad.
Para el manejo, transportación y cuidados mortuorios, precisa el documento, es necesario aplicar el lavado de manos, así como usar guantes no estériles, bata impermeable con manga larga, cubrebocas quirúrgico y protección ocular. En el caso de la necropsia es indispensable que se porte una mascarilla N95.
“Durante el traslado a la morgue se deben seguir recomendaciones de bioseguridad; es decir, usar precauciones de contacto y gotas (...) además de retirar todos los dispositivos que tenga el paciente para disminuir riesgos de contaminación por derrame de secreciones”.
Los lineamientos señalan que antes de dirigirse a ese lugar es posible que se dé acceso a los familiares más cercanos, quienes deberán usar precauciones de contacto y gotas. Tampoco deben tocar el cuerpo ni las superficies que pudieran estar contaminadas.
“La persona debe introducirse en una bolsa de traslado para cadáver biodegradable, que reúna las características técnicas sanitarias de resistencia a la presión de los gases en su interior.
“[El proceso] se debe realizar dentro de la propia habitación. Una vez que [el fallecido] esté adecuadamente empacado, se recomienda la desinfección externa de la bolsa con solución de hipoclorito”, explica el texto de la Ssa.
La disposición final del cuerpo “será lo más pronto posible, preferiblemente mediante cremación; de no ser posible, se practicará la inhumación en sepultura o bóveda. Si el destino final es el entierro, éste se da en las condiciones habituales”.
Además, las cenizas pueden ser objeto de manipulación sin que supongan ningún riesgo.
Atención en servicios velatorios
El personal de las funerarias debe seguir las recomendaciones de la Jornada Nacional de Sana Distancia y “no se deben realizar actuaciones de limpieza ni intervenciones de tanatopraxia —técnica de conservación temporal—, si no se puede garantizar el uso correcto de equipo de protección personal apropiado”.
Una vez en casa, se agrega en el documento, los deudos podrán recibir el pésame de los familiares, siempre y cuando se encuentren asintomáticos, no involucren concentraciones de personas en áreas pequeñas, se asegure la adecuada ventilación del área de recepción y se respete el distanciamiento.
“Se aconseja evitar rituales fúnebres que conlleven aglomeraciones (...) En caso de realizarse, se recomienda que el proceso sea menor a cuatro horas, con féretro cerrado y con menos de 20 personas, siempre y cuando el espacio pueda asegurar una sana distancia”.
En caso de que el deceso ocurra en casa y el paciente no haya recibido atención médica, se deberá coordinar con las autoridades forenses para que éstas asignen al equipo correspondiente, con el fin de establecer las posibles causas de muerte, tomar muestras y hacer la remisión inmediata al Laboratorio de Vigilancia Epidemiológica.