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El acto se desenvuelve en una respetuosa solemnidad. La Cámara Alta honra la memoria de los senadores Rafael Moreno Valle y Angélica García Arrieta, fallecidos en diciembre pasado.
El silencio envuelve el recinto parlamentario, y sólo se rompe por el sonido de los flashes de los fotorreporteros al inicio del acto, que cuenta con la presencia de Rafael Moreno Valle Suárez y Gabriela Rosas de Moreno Valle, padres del ex gobernador de Puebla que perdió la vida en un accidente de helicóptero junto con su esposa, la gobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo.
Aunque se ubican en un rincón del salón, los protagonistas del momento son los rostros de los padres, que manifiestan una profunda tristeza. La señora Rosas se mantiene siempre estoica del brazo de su esposo. Ambos fueron invitados por los senadores del PAN Josefina Vázquez Mota, Xóchitl Gálvez y Nadia Navarro.
Martí Batres al micrófono inicia con el protocolo: saluda y agradece la asistencia de los presentes, sin perder la oportunidad de expresar su “más sentido pésame” a los padres del fallecido ex miembro de la Mesa Directiva y mencionar parte del trabajo de ambos legisladores.
La formalidad arranca. Batres menciona el artículo 17 del Reglamento del Senado, en el que se dispone que es responsabilidad del presidente del Senado convocar a los suplentes para que asuman el cargo, como lo establece el artículo 14 del mismo ordenamiento, y en cumplimiento del artículo 61 de la Ley Orgánica del Congreso General dice: “Se convoca a la ciudadana María Merced González González y al ciudadano Roberto Juan Moya Clemente a rendir su protesta de ley el día de hoy”.
El presidente del Senado lee: “Ciudadana María Merced González González, ciudadano Roberto Juan Moya Clemente, con fundamento en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los artículos 60 y 61 de la Ley Orgánica del Congreso General, les pregunto: ¿protestan guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las leyes que de ella emanan, así como desempeñar leal y patrióticamente el cargo de senadora y senador de la República que el pueblo de México les ha conferido, mirando en todo momento por el bien y prosperidad de la unión?”.
Ambos responden:“¡Sí, protesto!”.
“Si así no lo hicieren, que la nación se los demande”, replica Batres.
Así, rinden protesta en el salón de la Mesa Directiva y no, como se acostumbra, en el salón de plenos, pues la muerte de ambos senadores ocurrió cuando el periodo ordinario de sesiones ya había concluido.
Breve, apresurada y con el duelo aún fresco, concluye la ceremonia. No hay discursos de los nuevos senadores, pese a que Roberto Moya ensayó unas palabras en repetidas ocasiones fuera de la sala.
Finalizado el acto, los padres, incómodos, acceden a un par de fotos y de inmediato abandonan del salón.