Los 50 millones de niños que emigraron en 2015, más de la mitad huyendo de conflictos armados y violencia, deben recibir protección y acceso a salud, educación y servicios de calidad, advirtió UNICEF.

En el informe “Más allá de las fronteras: Cómo hacer que los pactos globales sobre migración y refugiados trabajen para niños desarraigados”, UNICEF recuerda que para millones de estos infantes el “viaje hacia la seguridad fue desgarrador”.

Los niños refugiados y migrantes son especialmente vulnerables a la xenofobia, el abuso, la explotación sexual y la falta de acceso a los servicios sociales, por lo que es imperativo contar con políticas para protegerlos en el transcurso de su peripecia, remarcó el informe.

“A lo largo del viaje, el tratamiento de niños refugiados y migrantes son a menudo impactantes. Con frecuencia los niños son retenidos en centros de detención, separados de familiares, privados de educación, obligados a laborar en trabajos peligrosos, casados o empujados a los brazos de contrabandistas o traficantes”, recordó la UNICEF.

El informe presenta una agenda de acción de seis puntos como base para políticas dirigidas a proteger a los niños refugiados y migrantes.

Pide protegerlos de la explotación y la violencia, especialmente a los que realizan el viaje no acompañados.

Por ejemplo, tres cuartas partes de los niños migrantes que llegaron a Italia en los últimos años denunciaron que durante la ruta fueron retenidos contra su voluntad y obligados a trabajar sin recibir salario.

UNICEF también pide poner fin a la detención de niños que buscan el estatuto de refugiado o migrar, y ofrecer alternativas. Asimismo, solicita mantener a familias juntas como “mejor manera” de proteger y darle a los niños un estatus legal.

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