El Centro Católico Multimedial (CCM) consideró que si no se atacan los problemas de raíz, la Universidad Nacional Autónoma de México se puede convertir en un “botín de grupos radicales, delincuentes, cárteles del narcomenudeo o incluso de grupos con ideología política cuyo fin es desestabilizar y tener beneficios en capital humano y económico”.
A través de su editorial titulado “UNAM contra la violencia” , el centro religioso lamentó que la casa de estudios se encuentre bajo fuego y aunque la organización de los jóvenes la pueden rescatar las autoridades deben cumplir con su deber.
“Hay que revisar las estructuras de seguridad, mejorar las condiciones de los recintos y aplicar acciones firmes contra mafias y grupos que han hecho de la UNAM un coto de poder perjudicando a miles de universitarios”.
El texto mencionó que los hechos ocurridos en la universidad no son provocados solo por grupos porriles , puesto que la UNAM como otros sectores de la sociedad se encuentra bajo fuego. “Hay pretendidas manipulaciones de enemigos, criminales y políticos que quieren imponer su ley secuestrando a la juventud del país que se prepara en la Máxima Casa de Estudios”.
Aseguró que las marchas que siguieron a la manifestación del lunes 3 de septiembre, son demostraciones del repudio a la violencia y corresponden a una comunidad herida, lastimada e indignada pero que no se dará por vencida. “En cada universitario, en cada puño alzado, hubo este recuerdo para no olvidar”.
El Centro Católico Multimedial recordó que desde hace meses la casa de estudios ha vivido situaciones complejas que van desde el narcomenudeo presente en sus instalaciones hasta el secuestro y asesinato de una joven que estudiaba en CCH Oriente.
“La universidad fue blanco de ataques en la persona de una profesora agredida con arma de fuego; riñas entre personas ajenas a la Universidad dejaron dos muertos en las inmediaciones de CU atribuidos al choque entre células de narcomenudistas por el control de la plaza, en agosto, a la estudiante Miranda Mendoza Flores, le fue arrebatada la vida. Es un hecho sin precedentes que demuestra esta demencial violencia que no tiene respeto por nadie”.
Esta semana, recordó el editorial, el rector se pronunció de nuevo contra la violencia, ahora en un escenario distinto, ante jóvenes que repudiaron la violencia que sufrieron en Rectoría pero a pesar de que el pliego petitorio es atendible y se removió de su cargo al responsable de la seguridad en la UNAM estos remedios pueden ser ineficaces.
“Se pueden quedar en algo temporal y de coyuntura si no se ataca, de raíz, un problema que se viene enquistando”.
El editorial retomó palabras del rector en febrero pasado, “cuando la violencia se presenta en espacios educativos en donde converge una comunidad cuya esencia es la libertad, la superación, el estudio y el conocimiento, los hechos violentos se convierten en algo indignante, inadmisible y de necesaria y urgente atención”.
El organismo religioso aseguró que la universidad es una de las pocas instituciones que aún cuenta con credibilidad ante los ciudadanos, que forma la conciencia del porvenir de un pueblo libre, “eso es lo que debe exigir la UNAM, el deber de vivir en paz”.
afcl