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Con preocupación y sobresalto ante el recuerdo del sismo del 19 de septiembre de 2017, así vivieron capitalinos el mega simulacro nacional esta tarde sobre avenida Juárez en el Centro de la Ciudad de México . Capitalinos confesaron que “ahora sí” atendieron el simulacro.
En 2017, Abel Martínez, fotógrafo de 28 años, vivió el sismo cuando iba saliendo de su casa; el movimiento era tan fuerte que no le permitió abrir la puerta y se quedó atrapado hasta que terminó de temblar. Su mayor aprendizaje fue la necesidad de prevenir: tener una mochila preparada con dinero, alimentos y sus papeles; y acordar un punto de reunión para toda la familia.
Recuerda que ese 19 de septiembre tardó cuatro horas en comunicarse con su hermana menor, quien se encontraba en la escuela.
“Normalmente lo tomaba a juego. Nunca me había tocado vivir un sismo de esa magnitud y no tomaba en serio los simulacros y por eso no sabes qué hacer. Este tipo de simulacros es necesario para saber qué hacer: ahora pregunto en mi edificio cual es la zona de seguridad, si existe un protocolo sobre qué hacer en caso de sismo o incendio. Soy más precavido. Todavía hasta hace poco cualquier ruido o alarma de carro me generaba un hueco en el estómago”, contó.
A las 13:16 con 40 segundos comenzó a sonar la nueva alerta sísmica que se activará ante eventos de más de 5.5 grados de magnitud.
Policías auxiliares detuvieron el tránsito sobre la vialidad y poco a poco fueron saliendo los trabajadores localizados en las plantas bajas de los edificios de la Secretaría de Relaciones Exteriores y del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.
En la calle, la gente sabía que se trataba de un simulacro y que el sismo era hipotético; sin embargo, el recuerdo de lo ocurrido el año pasado todavía afecta a algunos.
“El sismo del 19 de septiembre me agarró en mi casa. Me acababa de salir de bañar: evacué a mi abuela y a mi mamá, para mí eso es lo más importante. En lo personal me pongo muy paranoico pero ahora aumentó, escuché la alerta sísmica y se me erizó la piel, me recordó todo lo del año pasado. Para mí persiste el temor: me imagino todo lo que han sufrido las personas afectadas y no es algo que deseo para mí”, dijo Roberto Muñoz Peña, de 18 años.
Para Elizabeth Rosas, costurera de 53 años, el macrosimulacro le recordó lo que se debe hacer y la importancia de evacuar los edificios con rapidez y eficiencia. Después de haber experimentado los terremotos del ‘85 y ‘17, les recuerda a sus hijas que lo más importante es estar preparadas y tener en la casa dinero y papeles listos, así como unas chanclas y pantalones en la puerta para salir de la casa en cuanto comience a sonar la alerta sísmica. “No se esperen”, les dice de manera insistente.
“Lo que me dí cuenta de este simulacro es que la gente tardó muchísimo en salir de los edificios. Para mí es mover los pies: agarrar lo que tengas a la mano y salirte, los papeles y el dinero se pueden reponer. Tu vida no vale lo que traigas en el monedero o en la bolsa”, dijo.
lsm