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Marisol Cárdenas Medina necesitaba un riñón, su mamá Olga Medina, no dudó en ser donante, pero su órgano no era compatible con el de su hija, por ello recurrieron a un trasplante cruzado, que les fue practicado en el Hospital Juárez de México (HJM).
De entre 40 pacientes con insuficiencia renal, atendidos en el HJM, Marisol fue una de las cuatro personas candidatas a recibir un órgano, aunque no fuera de un familiar. Este procedimiento se conoce como trasplante cruzado y es inédito, porque es la primera vez que se realiza dentro del Sistema Nacional de Salud, contó Martín Antonio Manrique, director de esa unidad médica.
Previo a la cirugía en la que retiraron uno de sus riñones, Olga Medina dijo que antes rechazaba la idea de donar sus órganos a otra persona que no fuera de su familia, pero ahora para salvar la vida de su hija Marisol, lo dio a alguien que jamás había visto.
“Como ninguno de mis riñones son compatibles con mi Marisol, doné al señor Víctor Manuel González Ramírez. Por su parte, mi hija recibió el órgano de Martha Guadalupe Rincón Alemán”, explicó.
Ocho quirófanos fueron testigos de la hazaña médica, en ella participaron equipos multidisciplinarios conformados por 32 cirujanos trasplantólogos, 16 anestesiólogos y 32 enfermeras quirúrgicas.
Este trasplante cruzado es una especie de cadena, que consiste en que a pesar de que los receptores contaban con un donador, éste era incompatible. Por ello debían tener otra pareja de donantes y receptores en condiciones similares, pero que sí fueran compatibles y así poder intercambiar a sus donadores, relató Andrés Bazán Borges, jefe de la Unidad de Trasplantes del HJM.
Los ocho pacientes pasaron por un proceso de selección de entre 40 parejas, pacientes y donadores, a los que se les realizaron estudios que comprobaran las mejores condiciones y compatibilidades para garantizar que el trasplante tuviera éxito.
Javier Aguirre Pineda cedió un riñón a Reyes Ignacio Zapata Padilla. Él reconoció la labor que realizaron en la Unidad de Trasplantes del Hospital Juárez de México, para detectar a los receptores y donadores idóneos para llevar a cabo el procedimiento.
Cristhian Lorenzo Aguirre, hijo de uno de los pacientes, contó que elegir a los ocho donantes y receptores fue complicado, “porque las personas propuestas no pasaron las pruebas de compatibilidad, y mi papá tuvo que recibir el riñón de Víctor González Roldán, alguien que no conocía”.
La jefa de residentes de la Unidad de Trasplantes, Aurora Zamacona Medina, explicó que los pacientes han evolucionado de manera óptima, porque sus riñones empiezan a funcionar adecuadamente.
Reyes Ignacio Zapata es un maestro jubilado. Se enteró que en el Hospital Juárez se realizaban este tipo de trasplantes por medio de su hija. “Nos pusimos en manos del equipo del doctor Bazán, tuvimos mucha fe en el programa que se lleva a cabo en este hospital y ahora tengo una nueva oportunidad de vida”, comentó. El profesor rural, quien por más de 30 años ejerció la profesión, se benefició con la donación de Javier Aguirre Pineda.
Otro de los elegidos fue Víctor Manuel González Ramírez, quien es consultor financiero. Su problema renal no tenía más alternativa que un trasplante cruzado, porque nadie en su familia era compatible.
“Fue Olga Medina quien me donó su riñón. Este círculo nos salvó la vida a cuatro personas. Esta posibilidad de trasplante me abrió la luz del día, por fin tuve la posibilidad real de recuperar una mejor calidad de vida”, dijo.
Los pacientes están fuera de peligro; los cuatro que recibieron el riñón siguen un tratamiento para evitar el rechazo del órgano trasplantado.
El 19 de enero de 2016, el HJM inició el Programa de Trasplante Cruzado de Riñón con donadores no consanguíneos o sin parentesco, para mejorar la vida de los pacientes con insuficiencia renal crónica y así disminuir la lista de espera por un órgano.
De 1991 a la fecha el Hospital Juárez de México ha realizado 850 trasplantes de riñón, 900 de córnea, y 14 de medula ósea. Para 2018 prevé iniciar con el trasplante de hígado.